La UBA constituye el reservorio más importante de la ciencia y la docencia argentinas. Su voz plural, crítica, es una referencia insoslayable para la sociedad. En el ejercicio de su democracia, que la misma sociedad custodia, debe elegir al rector para los próximos cuatro años, luego de haber culminado un proceso eleccionario donde se renovaron los órganos directivos de las facultades, los decanos y vicedecanos, los representantes de los estudiantes, graduados y profesores con una gran participación de la comunidad universitaria y sin ningún tipo de interferencias.
 
La imposibilidad de reunirse la asamblea afecta la relación entre la mayor universidad argentina y la sociedad. No hay razón valedera alguna para alterar el funcionamiento del máximo órgano de gobierno de la UBA y todas las propuestas deben ser discutidas en la asamblea, procesando las diferencias en el marco de las amplias garantías democráticas que la sociedad espera se respeten en la UBA, para que pueda cumplir con la alta misión de enseñar, investigar y transferir al tejido social el fruto de su capacidad demostrada.
 
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Estoy seguro de que la mayoría de los actores de la UBA están comprometidos con su gobernabilidad por encima de la adhesión a uno u otro de los candidatos y encontrarán en el funcionamiento de los órganos de gobierno el cauce necesario para garantizar la realización de la asamblea. Así se cumplirá el compromiso que tiene la universidad con la sociedad que la nutre y a la que sirve.
* Por Juan Carlos Pugliese, Para LA NACIÓN. El autor fue secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación