"El Conicet ha sido una de las pocas instituciones del país que fueron evaluadas -dijo el doctor Eduardo Charreau, presidente del organismo científico, que estuvo flanqueado por el ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, licenciado Daniel Filmus, y el Secretario de Ciencia y Tecnología, ingeniero Tulio Del Bono-. Consideramos que ésta es la parte final de ese proceso y varias de las recomendaciones de esa evaluación fueron incorporadas en este programa."
Uno de los puntos fundamentales del plan es la incorporación de investigadores jóvenes. "En 2000, nos encontramos con una estructura envejecida y con un muy alto promedio de edad -explicó el doctor Ricardo Farías, vicepresidente de Asuntos Científicos-. La mayoría de los investigadores se encuentra en la franja de los 47 años. Hay pocos jóvenes en el sistema. Si uno deja transcurrir el tiempo sin hacer nada, el sistema va desapareciendo."
La cifra que surgió de calcular cuántos nuevos científicos habría que incorporar al sistema para transformar el aspecto mortuorio de los cuadros de recursos humanos en una pirámide vital y restablecer el crecimiento alcanza los 2000 ingresos.
"Para llegar a incorporar ese número de científicos hay que hacer varias cosas -dijo Farías-. Aunque suspendimos los cupos y permitimos la incorporación de todos los que estuvieran en condiciones de hacerlo, no hubo suficientes aspirantes con el nivel suficiente para ser admitidos en el sistema. En la Argentina se producen a lo sumo 500 doctores por año y, como uno de los requisitos para ingresar en el Conicet es tener un doctorado, decidimos aumentar las becas de posgrado."
El nuevo plan contempla el otorgamiento de 1300 becas de posgrado y posdoctorales, y 250 ayudas externas para la realización de pasantías para investigadores jóvenes por cortos períodos en el exterior. Se espera que estas medidas contribuyan a mejorar la investigación en todo el sistema científico nacional, tanto público como privado.
"Entre 1991 y 2002 ingresaron en la institución 1814 personas; sin embargo, el incremento fue de 989 -detalló Farías-, porque la gente que entra en la carrera pasa a jugar "en primera". Está en la vidriera internacional, y es difícil mantener a los investigadores en el país con sueldos bajos, mal equipamiento y otras dificultades."
"Hay que decir que estos 2000 son exclusivamente los científicos que se necesitarían para lograr que la estructura del Conicet vaya en crecimiento -aclaró Charreau-. Las necesidades del país son mucho mayores."
Otro de los pivotes sobre el que gira el plan es la integración con los restantes sectores de ciencia y tecnología, nacionales e internacionales, y la transferencia tecnológica hacia la actividad productiva.
"Se trata de un área que siempre se dijo que el Conicet no atendía adecuadamente -subrayó el licenciado Mario Lattuada, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos-. Hoy tenemos una política explícita y activa para consolidar este aspecto de la institución."
Entre otras líneas de acción, el organismo se compromete a incentivar la relación con el sector privado estimulando la creación de empresas de base tecnológica ("estamos con cierto atraso respecto de las normativas que pueden reglamentar todo esto", dijo Lattuada), continuando con el programa de investigadores y becarios en empresas, y ofreciendo premios para desarrollos específicos a las unidades ejecutoras que realicen transferencias tecnológicas.
"Un 20% del producto de la transferencia se destinará a sus presupuestos como premio para que continúen el compromiso con el sector productivo", detalló Lattuada.
Otros nuevos instrumentos de cooperación serán la participación del Conicet en sistemas mixtos con empresas privadas, el fortalecimiento de los parques tecnológicos existentes, la creación de nuevos polos y la asociación con institutos privados.
"Estos últimos van a utilizar los recursos humanos y servicios del Conicet, pero también van a construir infraestructura propia en predios de la institución", dijo el directivo.
Un emprendimiento de este tipo permitiría contar en Rosario, por ejemplo, con el núcleo de biotecnología más importante de América latina. Ya existe un compromiso de la municipalidad y el gobierno provincial para llevar adelante este proyecto.
"El Conicet hoy propone éstas y todas las variantes que se nos puedan ocurrir para favorecer en los próximos años una articulación entre lo público y lo privado mucho más flexible y más activa que la que tuvimos en los últimos cincuenta años", afirmó Lattuada. Y agregó el ingeniero Mario Barletta, representante de las universidades: "Seguiremos reclamando mejores presupuestos, pero estaremos en mejor posición para administrarlos más eficientemente".
"Este es un esfuerzo a largo plazo y se necesita tiempo para que los frutos empiecen a verse en el conjunto de la sociedad -concluyó Filmus-. El gobierno nacional va a realizar el mayor de los esfuerzos, aun sabiendo que comenzará a dar rédito dentro de muchos años. Este es un pequeño núcleo de gente, pero que va a ser el motor del país."
El doctor Pablo Jacovkis, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y ex presidente del Conicet, si bien admitió no conocer los detalles del programa, se mostró muy partidario de sus líneas generales. "Me parece positivo y valioso que se planifique para los próximos ocho años. Si hay un plan estratégico, bienvenido. Y aplaudo la ampliación de las becas de doctorado, porque el Conicet lo que más necesita es investigadores jóvenes", afirmó.