Establecer líneas prioritarias de investigación, reformular el funcionamiento del actual conglomerado de organismos para que formen un verdadero sistema interconectado, duplicar la inversión y el número de investigadores (y técnicos) para llegar a tener tres por cada mil personas de la población económicamente activa, estimular su arraigo en zonas postergadas del interior...
Estas son algunas de las propuestas del documento "Bases para un plan estratégico en ciencia, tecnología e innovación productiva", para convertir a la Argentina en un "sociedad del conocimiento".
El documento diseña una estrategia a diez años para desarrollar la ciencia y la tecnología locales, "aumentar la cohesión y la equidad sociales, abrir senderos de desarrollo sustentable, articular el sistema nacional de innovación, tender a un nuevo perfil de especialización productiva y acceder a una economía basada en el conocimiento". Ayer a la tarde, el trabajo, elaborado en el marco del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y coordinado por el profesor Mario Albornoz, se presentó a la prensa y a autoridades del sistema científico en el Ministerio de Educación.
"Siento un gran placer porque estamos cumpliendo con la tarea que se nos encomendó -afirmó en la presentación el ingeniero Tulio Del Bono, titular de la secretaría del área-. La ciencia y la tecnología no tienen sentido si no sirven para mejorar la calidad de vida de las personas. Por eso este programa está pensado no para la ciencia, sino para la gente."
El plan, en cuya preparación intervinieron más de 400 científicos y representantes del mundo de la producción, y que de aquí en más será elevado a la consideración del Gabinete Científico-tecnológico (Gactec), se desarrolla en cinco volúmenes que incluyen -además de las Bases- los resultados de la consulta realizada al sistema científico, distintos escenarios posibles para la Argentina de la próxima década y las conclusiones de distintos paneles de discusión.
"Crear una capacidad científica y tecnológica propia requiere la toma de decisiones de largo plazo -explicó Albornoz-: estas actividades precisan un tiempo prolongado de maduración; el horizonte del conocimiento se despliega con mucha rapidez y genera oportunidades a las que es preciso estar atentos, y algunos de los problemas implican restricciones (como la preservación del ambiente) que requieren estudios complejos."
En valores absolutos, alcanzar las metas propuestas exigirá el ingreso en el sistema científico-tecnológico de 36.000 nuevos investigadores y técnicos en los próximos diez años. La inversión, para 2015, debería alcanzar los 5691 millones de pesos (en valores constantes).
* Nora Bär
