En la 91a. asamblea plenaria del Episcopado, que terminará hoy en Pilar, los obispos coincidieron en aceptar la iniciativa del gobierno nacional y de los legisladores para participar en el debate por la posible reforma de la ley federal de educación.
 
Monseñor Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca y presidente de la Comisión de Educación Católica del Episcopado, anticipó ayer a LA NACION que, junto a otros miembros de esa comisión, mantendrá el martes una reunión con el ministro de Educación, Daniel Filmus.
 
"Nos interesa proponer que, de producirse algún cambio en el texto de la ley de educación, se mantengan los principios doctrinarios sobre los que está fundada la actual", dijo monseñor Garlatti.
 
El prelado también contó que anteayer, luego de difundirse la preocupación del Episcopado con respecto a la reforma de la ley, la directora general de Educación de la provincia de Buenos Aires, Adriana Puiggrós, le envió un texto con sus propuestas. Garlatti dijo que, si bien no las analizó en profundidad, pudo deducir que "están en sintonía con nuestras sugerencias".
 
Otro de los obispos que hasta ayer participaba de la asamblea episcopal, dijo a LA NACION que la intención de los prelados es "hacer propuestas más que defender una posición".
 
El problema, dijo ese obispo, es que se quiere cambiar la ley de educación porque se la considera fruto de un gobierno neoliberal. "En realidad, esa norma es resultado del Congreso Pedagógico en el que participó toda la sociedad", dijo el religioso, para quien "el verdadero problema es que sea seria la implementación de la ley".