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La Nación-Sábado 25: Continuarán los reclamos salariales en las universidades

Dos gremios rechazaron la oferta oficial. Piden el blanqueo de las sumas que les otorgaron como aumentos el año último. Estudian otras medidas de fuerza. Los estudiantes apoyan el reclamo, pero se quejan por sus efectos. 

Los reclamos salariales de los docentes universitarios están lejos de acallarse. A pesar de que el Ministerio de Educación presentó esta semana una propuesta inicial de recomposición salarial, dos de los tres gremios docentes la consideraron insuficiente y están evaluando qué nuevas medidas de fuerza poner en marcha.

Sin embargo, el impacto que los paros tienen en las actividades académicas es dispar. Dentro de las universidades hay facultades que funcionan con normalidad, y otras en las cuales los alumnos no pudieron completar las cursadas de las materias del primer cuatrimestre y temen no poder rendir sus exámenes.

El fenómeno quedó claro esta semana, en la que se realizó un paro de 96 horas -el quinto en lo que va del año-, convocado por la Conadu Histórica. El paro fue notable en las universidades de Salta, La Plata, Río Cuarto, Comahue, Catamarca y Litoral y en algunas facultades de la UBA, como Filosofía y Letras, y en menor medida Arquitectura, Psicología y Ciencias Sociales. 

 

El mapa gremial

 

Aunque el reclamo es el mismo -que se incorporen a los salarios las sumas fijas que se otorgaron como aumentos en 2004-, el panorama de la representación gremial aparece fragmentado.

La Conadu Histórica es el sector más combativo, con 15.000 - 17.000 afiliados y particular inserción en las universidades del interior, sobre todo las pequeñas y medianas. La Conadu, en tanto, con unos 20.000 adherentes, tiene base fuerte en las universidades más grandes, como Córdoba, Rosario, La Plata, Mar del Plata, y también en Río Cuarto, San Luis, Formosa y Entre Ríos. Ambas pertenecen a la CTA.

La Federación de Docentes Universitarios (Fedun), en tanto, tiene unos 30.000 afiliados en 14 universidades y es más fuerte en la UBA. Es el único que aceptó la propuesta oficial y no adhiere a las medidas de fuerza.

En una reunión con los representantes gremiales y de los rectores, la Secretaría de Políticas Universitarias propuso anteayer un blanqueo parcial: incorporar a los efectos de la antigüedad el 50% de los aumentos dados hace un año y los $ 50 que se aumentaron a docentes de dedicación exclusiva en marzo de 2004. Se mejoraría el salario en los colegios que dependen de las universidades con sumas no remunerativas, y se convocó a una nueva mesa de negociación para el 4 de agosto. 

 

Respuestas diferentes

 

Para los gremios, la propuesta -que el ministerio difundió como un acuerdo- fue parcial e insuficiente. "En promedio, significa aumentos del 4%, es decir, entre 16 y 20 pesos. Estamos pensando en una respuesta conjunta más fuerte", dijo a LA NACION Néstor Correa, secretario gremial de la Conadu Histórica. El menú de las posibles nuevas medidas abarca la posibilidad de no iniciar las clases en el segundo cuatrimestre.

La Conadu, en tanto, convocó a una jornada nacional de protesta y debate para el lunes y martes próximos, en la que cada gremio decidirá cómo expresar sus reclamos. "La propuesta definitiva la vamos a tenerla en agosto; es lógico esperar y luego consultar a nuestros afiliados", afirmó el secretario adjunto, Pedro Sanllorenti.

Entre los estudiantes, en tanto, las opiniones son dispares. "Que se pierdan dos semanas de clases por un paro no es significativo frente a lo que se pierde en calidad por los problemas estructurales de las universidades con el presupuesto escaso", dijo Lisandro Espejo, estudiante de trabajo social en la Universidad de Cuyo. Violeta Arancibia, de Derecho, reconoció dificultades: "En mi curso nos vimos perjudicados porque no nos tomaron un parcial. Pero si es para mejorar el salario, está bien que reclamen".

A Verónica Llanes, de la Universidad Nacional de La Plata, le parece bien que los profesores reclamen, pero dice que no es justo que mantengan a los alumnos como rehenes. Maximiliano, estudiante de ciencias económicas, expresó: "Las medidas de fuerza provocan un lógico retraso, pero creo que es hora de que se mejore la situación de los docentes".

Emilia Giménez, que estudia sociología en la UBA, apoya el reclamo, pero no el método. "Si por cada cosa que no funciona vamos a parar las clases, así también se deteriora la educación".

* Por Raquel San Martín, De la Redacción de LA NACION

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