"Un graduado universitario es alguien con una base teórica sólida, no un programador. En este campo, los conocimientos se vuelven obsoletos cada diez años. La universidad no puede dar una formación especializada en una tecnología de moda; tiene que formar gente flexible para adaptarse a las nuevas tecnologías", afirmó.
Con la intención de promover las vocaciones informáticas, la Sadio acercó al Ministerio de Educación la idea de lanzar un plan de becas y una campaña para difundir qué hace un profesional de la informática. "La informática no es programar una computadora. Es básicamente resolver problemas, que pueden ser de administración, genética, videojuegos o Internet. Tiene que ver con la creatividad, con los desafíos intelectuales", describió Baum.
Por su parte, Microsoft acaba de renovar su plan Mas, en convenio con universidades, la cámara de empresas del sector y el Ministerio de Trabajo. Los estudiantes acceden a cursos de doce semanas, dictados en universidades, que les permiten postularse para empleos que ofrecen las empresas. Este año entregarán 1000 becas en 15 universidades y esperan habilitar 600 puestos de trabajo.
La Nación-Sábado 8: Un reclamo para el nivel terciario
Hay quienes piensan que la demanda empresarial no debería dirigirse a la universidad. "El reclamo de las empresas es legítimo, pero no tendrían que hacerlo a la universidad. Lo que buscan son programadores junior y las universidades forman otra cosa. Eso lo debería estar generando la escuela técnica y los terciarios", afirmó Gabriel Baum, docente en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y presidente de la Sociedad Argentina de Informática (Sadio), que reúne a más de 400 profesionales del área.