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La Nación: Sábado 9: Emotiva reunión en la Facultad de Agronomía

Más de mil asistentes respondieron a la convocatoria que realizó la casa de altos estudios de la Universidad de Buenos Aires

12 de octubre de 2004, 11:09.

La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires festejó sus primeros cien años de vida institucional con la realización de una serie de actos que comenzaron con una notable velada en el Teatro Colón, a la que le siguió la recreación de la llegada del primer tren a la Parada Escuela Agronomía, en la primaveral tarde de 1904, que trasladó a todo el gabinete nacional y al entonces presidente Julio Argentino Roca, para inaugurar el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria.

Se realizó, además, \"un tributo a los compañeros desaparecidos de la Fauba durante la última dictadura militar\", mediante la construcción de un monolito cerca del Pabellón Central de la casa de altos estudios, en el que se depositó dentro de una cápsula que después se cerró herméticamente, mensajes de más de 100 alumnos de escuelas de la zona, para ser leídos en 2054 y un ejemplar del libro \"Nunca más\", desarrollado por la Conadep. A continuación, se plantaron cien árboles por parte de estudiantes de escuelas primarias.

Como cierre de las evocaciones, se realizó en el predio de la facultad un emotivo asado criollo para toda la comunidad educativa e invitados especiales, que congregó a más de 1000 asistentes.

En la reunión, estuvieron presentes destacadas figuras políticas del ámbito nacional y provincial, del quehacer educativo, científico y tecnológico, y personalidades culturales surgidas de las aulas de la Fauba. Entre los agasajados del decano Fernando Vilella estuvo presente el gobernador de la provincia de Buenos Aires , Felipe Solá, en su doble condición de mandatario bonaerense y egresado de la facultad. A Solá se lo notó emocionado cuando al bajar del auto que lo trasladaba recorrió con su vista las tres alas que componen el Pabellón Central.

En su discurso, el ingeniero Vilella reiteró lo que ya había dicho en la velada del Teatro Colón, pero que consideraba necesario destacarlo nuevamente.

Agradecimientos

En ese sentido, dijo que se debía agradecer inicialmente a los fundadores de la Facultad, el entonces presidente Julio Argentino Roca y su ministro de Agricultura, Wenceslao Escalante. También recordó al primer decano de la casa de estudios, el doctor Pedro Arata, quien fue uno de los promotores de la infraestructura del nuevo centro de enseñanza.

\"Tuvieron una visión de que a la primera revolución de las pampas había que agregarle ciencia, tecnología y educación. Como estaba previsto actuaron en consecuencia y generaron una institución de primer nivel como ésta, contratando los mejores profesionales que se prepararon en Europa para ser los primeros profesores. Se lograron muchos frutos, algunos de los cuales aún estamos amortizando en esta sociedad\", destacó Vilella.

En segundo lugar, el decano señaló que era importante y relevante para la facultad \"estar participando del sistema económico más exitoso de la Argentina, las cadenas agroindustriales, que lo son no por una devaluación, no por una cuestión circunstancial, sino que lo son porque fueron las que más han invertido en tecnología\".

Vilella sostuvo que hoy no existe sector de la economía argentina que esté tan cerca de los principales competidores internacionales, como es el sector agrícola. \"Hay cosas para hacer. Hay valor agregado que incorporar, pero tenemos que estar orgullosos de lo que ya se ha hecho\", enfatizó el decano.

En su opinión, más de un tercio del total de los trabajadores de la Argentina está trabajando en alguna cadena agroindustrial. \"Esto es fruto de los productores y de sus instituciones\", señaló.

Por último, Vilella ponderó \"el esfuerzo fructífero de quienes sostienen esto que es un milagro de la universidad argentina, milagro de la UBA, donde con tan magros recursos podemos lograr los mejores graduados, y este milagro en buena medida está sustentado en nuestros docentes y no docentes y en los malos sueldos que cobran. Hay un esfuerzo, solidaridad y vocación por construir capital social, que muchas veces no es muy reconocido\".

Por Héctor Müller , de la Redacción de LA NACION

Solá: \"amé la profesión una vez que me recibí\"

El gobernador bonaerense, Felipe Solá, recibió una plaqueta recordatoria de manos del ingeniero Fernando Vilella como egresado de la facultad y como funcionario que ocupa un cargo destacado. No fue el único: también obtuvo su reconocimiento, entre otros, el actual presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Carlos Cheppi.

\"Me preparé para media hora, no más\", dijo sonriente al comenzar su discurso el gobernador Solá.

Acto seguido, destacó con seriedad que ése (el viernes de la semana anterior) \"era el día de todos aquellos que mencionó mi ex alumno -según me acaba de hacer acordar- Fernando Vilella. No estuvimos tan mal\" , agregó, en obvia alusión a que su ex alumno llegó a ser decano de la facultad.

Esfuerzo y tecnología

Solá agregó que cuando Vilella mencionó el esfuerzo que significaba ser docente universitario en la Argentina él pensaba \"en la vieja discusión, esas discusiones teóricas que siempre tienen algo que ver con la práctica, y es bueno verlas, sobre si los productores argentinos incorporaban tecnología, y agrónomos también, cuando les iba bien bien o cuando les iba mal. Yo estaba del lado del bando que consideraba que incorporaban tecnología cuando les iba mal, o que era un lujo que se daban después de un buen año. Mi experiencia me enseñó que lo hicieron cuando las papas quemaban y lo llevaron a cabo con enorme determinación y fuerza\".

El funcionario agradeció \"muchísimo\" la plaqueta que le habían entregado y estimó que era \"absolutamente inmerecido\", porque \"los grandes agrónomos andan por ahí, o muchos de ellos están acá y son aquellos que todos los días en esta facultad ponen su amor, su esfuerzo, su conocimiento por tenerla al día, por no quedarse atrás, por seguir produciendo alumnos que estén orgullosos de que lo son y sirvan a la patria. Todos ellos son los verdaderos destinatarios de este día, de estos 100 años de esta querida facultad, en la cual es muy difícil entrar sin emocionarse cuando alguien pasa de cierta edad\".

Relató que ese día se había encontrado con un hombre, no docente, que trabajaba hacía mucho tiempo en la facultad. Y al verlo -dijo- \"me pareció una síntesis no sólo de los años universitarios, sino también de la permanencia y del amor al lugar en que uno está\". Con ello, destacó también el amor de los ayudantes de cátedra, de los jefes de trabajos prácticos, de los profesores adjuntos y de los titulares \"de toda esa generación que hoy está acá o lo estuvieron antes\".

El funcionario expresó que se podría decir mucho más, \"pero no me corresponde hacerlo a mí. Sólo quiero decirles que estoy orgulloso de ser ingeniero agrónomo y que he hecho mucho por ellos. De hecho he contratado a muchos de ellos en mi gobierno durante años. En exceso dicen algunos, pero lo cierto es que me están haciendo quedar bien. Ellos, no yo\".

Al hacer referencia a su persona como profesional, Solá dijo: \"La verdad es que realmente no estuve seguro de quién era, o por lo menos empecé a tener alguna seguridad de quién era cuando me recibí y empecé a trabajar. No tenía una vocación muy fuerte, pero empecé a amar la profesión una vez que me recibí. Y digo esto para aquellos que aún no se han recibido, que esperen, que lo mejor todavía no ha llegado\".

Solá agradeció haber sido escuchado y también la invitación que le cursó la facultad. El funcionario terminó diciendo: \"Esta placa la voy a tener conmigo toda la vida\". Después se retiró, pero el encuentro continuó con canto y baile hasta muy entrada la tarde. Los cien años vibraron durante casi toda la jornada.

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