La actual conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) se mantiene al frente de la representación de los estudiantes, a pesar de una sucesión de enfrentamientos internos y escisiones, y de acumular, al menos, diecinueve días de mandato ilegal.
En efecto, a fines del año último, el Frente 20 de Diciembre -una alianza de agrupaciones de izquierda, conducida hoy por el Partido Obrero- decidió suspender el congreso anual de renovación de autoridades, que se hace cada diciembre, y se comprometió a realizarlo en abril de este año, pero no lo hizo.
Molestas, las agrupaciones opositoras renunciaron a las diez secretarías que ocupaban -hoy virtualmente acéfalas-, incluyendo la secretaría general, el segundo lugar en jerarquía, que ocupaba la centroizquierda.
Lealtades rotas
Durante sus sucesivas gestiones, las desavenencias internas y las rupturas fueron la marca de este frente, que destronó a Franja Morada de la conducción de la FUBA en 2001, días después de la caída de Fernando de la Rúa. Y allí se mantuvo hasta hoy, aunque perdió en este tiempo a varias de las agrupaciones que inicialmente la habían integrado.
En 2003 -la última vez que hubo elecciones para renovar autoridades en la FUBA-, la alianza integrada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST-Izquierda Unida), el Partido Obrero, Venceremos, EVET (Veterinaria), Rodolfo Walsh (Filosofía y Letras), El Puño (Ingeniería), La Fórmula (Farmacia) y El Trazo (Arquitectura) se impuso con 39 votos sobre un total de 123 delegados presentes. Hoy la componen sólo el MST, el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) y el Partido Obrero, al que pertenece su actual presidente, Santiago Gima.
Las diferencias internas, históricas en la izquierda, se hicieron evidentes desde el comienzo de la gestión, pero en todo este tiempo no se constituyó una fuerza opositora que pudiera poner en peligro su hegemonía.
Ahora, varias agrupaciones de centroizquierda e independientes -el ARI, el Colectivo para la Transformación Universitaria, QRS, entre otros- preparan una denuncia pública sobre la situación irregular de la conducción de la FUBA, a quien acusan de usar ese espacio "para dirimir internas de los piqueteros".