El Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) organizó recientemente un seminario destinado a discutir \"¿Qué universidad queremos?\", en el que se compartieron algunas prioridades: definir qué profesionales se quiere formar, abrir más espacio a la investigación, ocuparse de la articulación con la escuela media y promover la internacionalización de las universidades, entre ellas.
La intención es iniciar una serie de debates. \"La idea es hablar con la sociedad, ver cómo ella evalúa lo que ha hecho la universidad en los últimos tiempos, qué graduados quiere y qué conocimientos está pidiendo -afirmó el presidente del CRUP y rector de la Universidad de Belgrano (UB), Avelino Porto-. A veces los universitarios hablamos entre nosotros, cuando en realidad hay que escuchar lo que la sociedad quiere.\"
Las 50 universidades privadas del país representan un mundo heterogéneo, en el que estudian más de 200.000 alumnos y conviven instituciones con vocación masiva y otras de elite, laicas y confesionales, dedicadas a algún área -medicina, ciencias económicas, ciencias sociales- o generalistas, algunas con modelos que promueven fuertemente la dedicación full time y la investigación de los profesores.
-¿Coincide con el Gobierno en que las universidades deben adaptarse a las necesidades del país?
-Adaptarse es una parte. Tenemos que estar un metro delante de la sociedad. Nuestro rol es escuchar a la sociedad y decirle cómo la Argentina puede insertarse en el mundo en este tiempo. Hablamos de que la universidad tiene que estar vinculada con la región latinoamericana, pero no hemos terminado de debatir los aspectos fundamentales de la universidad que queremos.
-¿Le parece bien que el Estado determine lineamientos políticos para la universidad?
-No, creo que el Estado debe garantizar a la sociedad la calidad de lo que ocurre en las universidades, pero no debe tratar de imponer un modelo educativo o condiciones a las universidades. No sólo por la autonomía, sino por el respeto que merecen los pensadores. Los que escriben, los que piensan, los que innovan, no pueden hacer eso pendientes de lo que le guste o no al hombre que gobierna en ese momento. Tienen que hacerlo con libertad. Como responsable de la política educativa, el Estado sí puede apoyar campos productivos en el país y estimularlos con recursos financieros.
-¿Cuáles cree que son los problemas más urgentes que tienen las universidades privadas?
-La gestión privada no tiene subsidios, depende de sus propios recursos. Si tuvieran otras fuentes de ayuda, las universidades podrían contratar mejor gente, tener más profesores con dedicación exclusiva, mejores investigadores y laboratorios. Algunas universidades pueden no tener demasiada necesidad financiera, pero el 98% no puede pedirles más a sus alumnos.
-¿El Estado debería subsidiar a las universidades privadas?
-No. Creo que sería un desacierto decir que el Estado tiene que ayudarnos. Pero sí puede crear proyectos y abrir concursos para que las universidades se presenten y puedan recibir recursos, en áreas de economía, industria, urbanización. Ese es un camino para generar equipos de investigación en las universidades privadas, para que no tengan que estar pendientes de las pocas donaciones o de recursos de los alumnos.
-¿Qué otras urgencias hay?
-Nos falta construir y reconstruir más equipos de investigación, que trabajen en el perfeccionamiento pedagógico, que puedan hacer producción científica. Otro tema es la internacionalización de las universidades. Falta un plan cultural que ponga en primer lugar el turismo y la vida educativa en la Argentina. Si creamos las condiciones, vendrían corrientes de estudiantes asiáticos, europeos y americanos al país.