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La Nación: Universidades: Denuncian amenazas por mail a evaluadores

Habían visitado dos sedes de la UTN. Una nueva actividad puede sumarse al listado de las ocupaciones riesgosas en la Argentina: la de evaluador de carreras universitarias.

14 de julio de 2004, 12:33.

Tres profesores -uno residente en Córdoba y dos en Bahía Blanca- recibieron amenazas de muerte por correo electrónico tras haber visitado como evaluadores las carreras de Ingeniería que se dictan en la unidad académica Confluencia -en la provincia de Neuquén- y la facultad regional Río Grande -en Tierra del Fuego-, ambas pertenecientes a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). En los tres casos, los expertos fueron concluyentes: las carreras no cumplen con los estándares mínimos de calidad para seguir funcionando.

Las visitas, que realizaron en octubre y noviembre últimos, fueron parte del proceso de acreditación de carreras de Ingeniería que lleva adelante el Ministerio de Educación, a través de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Las 240 carreras de ingeniería que se dictan en el país fueron completando un proceso que comienza con una autoevaluación y sigue con la visita de evaluadores. Se puede acreditar por seis años -si se cumple con los estándares-, por tres años -si no se los cumple totalmente, pero se presentan planes de mejora- o no acreditar.

Según pudo saber LA NACION, la Coneau presentó la semana última una denuncia ante la justicia federal, en la que se detalla que el ingeniero Guillermo García, de la Universidad Nacional de Río Cuarto, la matemática María Cristina Maciel, y el ingeniero Enrique Vallés, ambos de la Universidad Nacional del Sur, recibieron mails con amenazas de muerte para ellos y sus familias, el 18 de junio último.

Los informes de los evaluadores -que fueron enviados a las instituciones para que hagan propuestas de mejora- señalaron "múltiples debilidades y deficiencias estructurales que parecen muy difíciles de resolver".

Catálogo de problemas

Creada en 1985, la unidad académica Confluencia, que funciona en la localidad de Plaza Huincul, dicta las ingenierías electrónica y química y tiene 275 alumnos.

El informe de los evaluadores es contundente: se gradúa menos de un alumno por año; el promedio de duración de la carrera es el doble del tiempo estipulado en los planes de estudio; no hay investigación y se encontraron deficiencias graves en el equipamiento de los laboratorios. Más de un tercio de los docentes y los directivos no reside en el lugar, sino en Neuquén -a 100 kilómetros-, la mayoría de los 78 profesores sólo se dedica a dar clase y muy pocos tienen posgrados.

Las consecuencias de este informe preocupan en la zona, una comunidad de 45.000 personas entre Plaza Huincul y Cutral-Có. Las autoridades comunales, que temen el cierre de las carreras, se entrevistaron aquí con autoridades nacionales y expresaron su voluntad de aportar dinero para las mejoras. En la Coneau aún no recibieron respuesta de la unidad académica.

"No es un dictamen final, sino una opinión de pares. La unidad académica hará una reformulación de sus planes de mejora", relativizó a LA NACION el subsecretario académico de la UTN, Héctor Aiassa.

Los pares recomiendan que esas unidades dicten los primeros años de carreras de Ingeniería o tecnicaturas con utilidad regional. En rigor, es la UTN la que debe decidirlo, pero el Ministerio de Educación, que por ley debe garantizar la calidad de la enseñanza, tiene la facultad de impulsar acciones más firmes.

Lejos de ser casos excepcionales, Confluencia y Río Grande integran el porcentaje de carreras que, según se prevé, no logrará la acreditación, y que se estima entre el 15 y 20%.

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