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La pantalla abierta de América Latina

Con notable éxito se realizó en la cuidad mendocina de San Rafael el 1º Festival Latinoamericano de Cine 2005. Fue organizado por dicho municipio, la Fundación Consensos y el INCAA. Entre falencias de principiantes, viejos y malos hábitos políticos, se rodó esta primera parte. ¿La segunda será mejor?

18 de octubre de 2005, 01:39.

Por Fabián Sepúlveda

Agencia Taller - Departamento de Cultura

fabsep@hotmail.com

Para los que no saben mucho de nuestra querida Mendoza, enunciaremos una de las peculiares características que ha perdurado y que es necesaria para entender cierta dinámica de la idiosincrasia mendocina.  Mendoza tiene 18 departamentos, que a su vez están divididos en 4 grandes zonas: el norte, el Valle de Uco (al centro), el sur mendocino y el Gran Mendoza. Entre estos existe, como en todo lugar de la tierra, rivalidades, digámosle geográfico- sociales, entre dos comunidades. En este caso se da entre el Gran Mendoza, principalmente la ciudad capital, y el Sur mendocino, en la figura del departamento San Rafael. Pero esta disyuntiva no sólo es en tono verbal para uso exclusivo de cargadas durante un asado, sino, incluso, es profundamente llevado al plano político, y lamentablemente, generando fuertes disputas por proyectos que tienen una finalidad fáctica con real influencia en la sociedad como la construcción de un barrio o un hospital.

Una explicación posible tal vez sea que San Rafael ha crecido en materia turística y económica generando un Municipio autosuficiente, con proyectos propios, como el caso de este festival, no teniendo que depender de las trabas burocráticas y políticas que la capital impone (impuso e impondrá).

Por su parte, la ciudad de Mendoza no quiere ser avasallada ante el poderío de “un departamento”, tratando de quedar primera en importancia. De ahí la famosa anécdota que dice (y es totalmente verídica) que cuando a un sanrafaelino fuera de Mendoza se le pregunta “qué es”, éste contesta orgulloso: “sanrafaelino”, y no, mendocino.

La escena política

Todo arrancó el miércoles 12 con la proyección programada de películas en distintas salas (entre 800 y mil personas asistieron diariamente) y en los distritos (San Rafael tiene 16, y algunos son comunidades muy importantes y desarrolladas) con el Cinemóvil del INCAA. Para la inauguración se montó un gran escenario frente el Cine Teatro Roma, sobre la Avenida Hipólito Irigoyen. También se cortó la calle con un objetivo netamente popular, por lo que se juntó una buena cantidad de personas animadas por algunos actores y actrices que se habían dado cita, y los más jóvenes por el cierre con el toque de la ‘Mancha de Rolando’.

Preludio con espectáculo de danza y música, cerca de las 22 hs, y luego, como en una remake cinematográfica, los oradores para dar la bienvenida fueron la senadora justicialista, y presidenta de la Fundación Consensos, Marita Perceval; el Intendente anfitrión, Omar Félix y el Gobernador de Mendoza, Julio Cobos. Menos éste último, los dos anteriores ya habían hablado en la presentación del Festival para Mendoza, hecha en el Teatro Independencia. Silbidos y abucheos para Perceval, y ni hablar del intendente, aunque no corrió la misma suerte Cobos que salió ileso de las puteadas de películas. Según se pudo averiguar, hubo una fuerte presencia de sectores radicales apostados entre la multitud, porque lo raro no es que insulten a un político, sino que no lo hicieran también con Cobos en un momento donde muchos entes estatales están paralizados. Igual que los ministros de su gabinete.

Lo cierto es que los propios políticos generaron una innecesaria exposición que les jugó en contra. Si bien es cierto que todos estos eventos son propulsados desde sectores políticos más que culturales y sirven para la exhibición, podría haber sido más disimulada y ahorrarse estos discursos para un espacio físico más acotado. Respecto a este punto, el Intendente Félix, declaró a Agencia Taller:“estamos tratando de que no sea así, esto ha sido por estar cerca de las fechas electorales, pero no se trata de politizar. Acá tuvo protagonismo el gobernador de la Provincia, senadores, gente de la cultura y el arte”.  En síntesis, los organizadores respetaron al máximo las técnicas cinematográficas, ya que el Festival tuvo protagonistas, actores de reparto, y figurantes.

La prensa acreditada fue de medios sanrafaelinos, de la Capital mendocina, de Buenos Aires y de Capital Federal. Cada uno con fines específicos y muy dispares. Estaban los críticos de cine (nacional y hasta latinoamericano), en su mayoría provenientes de Buenos Aires; en cambio la prensa local se dedicó más al acontecimiento en sí, por el desembarco de artistas y directores, y el movimiento en general. Además, estábamos nosotros, con una mezcla de lo anterior, hurgando el trasfondo y el contexto político- social. Y también, la prensa de espectáculos.

La jornada del jueves se reanudó con las proyecciones en las 5 salas dispuestas en toda la ciudad. También al mediodía se inauguró la “Alameda de los artistas”, en el predio Chacho Santa Cruz, donde los consagrados del cine plantaban un álamo junto a un cartel con su nombre. Una original idea, en reemplazo de las mundialmente trilladas manos sobre el cemento. Algunos de los seleccionados fueron: Mirta Busnelli, Ulises Dumond, Mónica Gonzaga (que con todo el respeto de ser una merecida icono del la TV nacional, no se sabía bien qué pito tocaba en un festival de cine… latinoamericano encima), Elsa Daniel (la protagonista del “Romance del Aniceto y la Francisca”), Diego Puente (increíble pero real: ¡el niño de “Crónica de un niño solo”, ahora con varios pirulos y calvo), Adriana Aisemberg, Rolly Serrano, entre otros. Que de paso estuvieron durante las 4 jornadas que duró el Festival, presentando algunas películas y asistiendo a eventos especiales.

San Leonardo

Y por fin,  a las 21 en el Cine Roma, tuvo lugar el momento más importante y emotivo del Festival: el acto - homenaje a Leonardo Favio, en reconocimiento a su trayectoria cinematográfica. Una locutora local comenzó con edulcoradas glosas mientras que a cada rato subía y bajaba el lacrimógeno tema instrumental de Lito Vitale (“Ese amigo del alma”). Pero con todo eso, nada emocionó más que cuando de a poco se corrió el telón y se vio Favio: serio, sentado en un rincón. Pocas veces se escucha en el ambiente artístico un aplauso tan eufórico e interminable, pero es que ver a un artista tan querido, complejo y popular como Favio lo menos que se podía hacer era eso. “Dios no me dio muchas cualidades, pero entre muchas que me regaló, no me dio la de orador”, bromeaba el director del ‘Soñar, Soñar’ ante una sala colmada de público. Con muy buen trabajo de la organización, se habían colgado a lo largo de las paredes del cine distintos afiches promocionales o las famosas “carteleras” originales, que más de un coleccionista se vio tentado a hurtar. Y eso no fue todo, por que se encontraban la mayoría de los pertenecientes a la filmografía faviana. Un lujito. Luego se había preparado un audiovisual con fragmentos de “El dependiente”, “Crónica de un niño solo”, “Juan Moreira”, “Soñar, soñar” y “Gatica”, pero desgraciadamente hubo un defecto de sincronización entre la imagen y el sonido del video de  unos 2 segundos (¡!), y no es que queramos ser hiper detallistas, pero fue un grave error técnico muy fácil de reparar con los softwares actuales, y más si tenés a Leonardo Favio sentado ahí mirándolo. Luego se hizo una entrevista, más aplausos, galardones oficiales, premios, regalos, y herederos del General sobre las tablas. Justo, emotivo, y a tiempo el homenaje para el mejor director de cine argentino. Aplausos.

Una retrospectiva de Mario Soffici con la proyección de sus películas y algunas charlas y cursos, siguió desarrollándose en el Primer Festival Latinoamericano de Cine San Rafael 2005. Lamentablemente dos film latinoamericanos no se proyectaron: “el problema fue con la aduana porque nos liberaron a último momento las películas”, se disculpó Luis Mauleón, el Director Artístico del Festival y agregó: “Creo que en muchos aspectos ha sido exitoso, y las películas ganadoras coinciden con un público que perfectamente podría encajar con uno de capital. Igual que el premio de la prensa. Los premios están a la altura de las circunstancias y no salió ningún escabeche”

¡The winner is...!

El premio para los ganadores fue el Álamo de Oro y Plata, una obra del artista plástico Guillermo Rigattieri. En la categoría cortos, el que votaba era un jurado y el primer premio fue para “Santa Berlín”  de Martin Subirá. Para el caso de los largometrajes, se otorgaba el Álamo Plata y Oro por la elección popular y por voto de la prensa especializada. En la categoría de largometraje latinoamericano, la cinta ganadora fue “Voces Inocentes” del mexicano Luis Mandoki. El film largo nacional que obtuvo la distinción fue la gran Wisky Romeo Zulú”, del director y ex- piloto Enrique Piñeyro (que tuvo un fugaz paso por San Rafael). Mientras que el Álamo de Oro fue para “Buenos Aires 100 Km” de Pablo José Meza.

Montaje final

Otro detalle para destacar fue la presencia de música estrictamente cuyana para acompañar cada uno de los principales ágapes y recepciones oficiales, evitando caer en géneros importados pretendiendo ser más cool. Una buen marca de identidad.De igual manera la atención a la prensa fue excelente, al punto de no hacer grandes distinciones entre los medios masivos y los no tanto, como nosotros.

Cuando desde esta redacción se decidió cubrir este Festival, si bien advertíamos los aires partidarios que se respirarían, decidimos dar una oportunidad y dejar crecer esta magnifica idea con el anhelo de que las próximas ediciones aumenten su nivel cultural y artístico. De ningún modo este Festival Latinoamericano de Cine dejó un saldo negativo, y muchos errores tuvieron que ver con la falta de experiencia más que de voluntad. Y como dijo Leonardo Favio en su homenaje: “Para hacer cine, hay que estar con gente que habla cine, ver cine y estar permanentemente en él.”

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