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La Sinfónica abre octubre con 200 años de música

"De fanfarrias y sinfonías, dos siglos de música" es el nuevo concierto que dará el organismo artístico el 1 de octubre a las 20.30 en la Nave UNCUYO. En esta oportunidad interpretará obras de Dukas, Debussy, Ravel y Beethoven bajo la batuta de Rodolfo Saglimbeni y Graciela Milana tocará el arpa, instrumento solista de la noche.

imagen La Sinfónica abre octubre con 200 años de música

La Sinfónica abre octubre con 200 años de música: Graciela Milana tocará el arpa, instrumento solista de la noche.

La Orquesta Sinfónica presentará "De fanfarrias y sinfonías, dos siglos de música" un espectáculo que abrirá la programación de octubre. Rodolfo Saglimbeni dirigirá esta velada que ofrecerá una introducción y allegro de arpa.

En esta nueva selección de obras se interpretarán Obertura para preceder “La perí” de Paul Dukas, Fanfarria para el “Martirio de San Sebastián” de Claude Debussy,  “Fanfarria para un hombre común” de Aaron Copland,  “Introducción y Allegro” para arpa de Maurice Ravel con la participación de la mendocina Graciela Milana como solista y Sinfonía nº8 de Ludwig van Beethoven conmemorando el 250 aniversario de su nacimiento postergado desde la pandemia de 2020.

Con una formación mayor el nuevo concierto será el próximo viernes 1 de octubre a las 20.30 en la sala Chalo Tulián de la Nave UNCUYO. Las entradas se pueden adquirir en www.entradaweb.com.ar por un valor de 300 pesos para el público en general y de 250 para estudiantes, docentes, personal no docente y personas jubiladas y también en la boletería de la Nave (Maza 250, Ciudad) de martes a domingo de 18 a 21 (los asientos se asignarán por orden de llegada).

Sobre las obras

Obertura para preceder “La perí”

La Péri es un ballet de 1912 en un acto del compositor francés Paul Dukas, originalmente coreografiado por Ivan Clustine y presentado por primera vez en París, sobre Iskender (el nombre de Alejandro Magno en persa) en busca de la inmortalidad. y su encuentro con un Peri mitológico. La obra see estrenó el 22 de abril de 1912.

“Fanfarria para un hombre común”

Con el fin de hacer una importante y conmovedora contribución al esfuerzo bélico durante la Segunda Guerra Mundial, el director de orquesta y compositor inglés Eugene Goossens convocó a diversos autores norteamericanos para la composición de una fanfarria (breve composición escrita para instrumentos de viento metal) que iniciaría cada concierto de la Orquesta Sinfónica de Cincinatti en la temporada 1942-1943. Su intención era replicar la experiencia llevada a cabo durante la Primera Guerra, con compositores británicos.

De las dieciocho obras que inauguraron los conciertos de aquella temporada, la “Fanfarria para un hombre común” de Aaron Copland es el único que no ha pasado al olvido. Además de ser parte del repertorio orquestal tradicional, ha sido objeto de innumerables reescrituras y citas por parte de variados grupos populares como los Rolling Stones y Bob Dylan.

Introducción y Allegro para Arpa

En 1905 la fábrica de arpas Erard le encargó a Maurice Ravel (1875-1937) una composición que mostrará las posibilidades de sus nuevas arpas cromáticas. Así surgió como obra de cámara su Introducción y Allegro, formalmente catalogado como un concierto en miniatura.

Sinfonía nº8

Se cuenta que el inventor alemán Johann Mäzel se reunió con otros amigos de Beethoven en una cena de despedida para el compositor, quien estaba a punto de salir de viaje en 1812. Durante la fiesta, Mäzel describió su metrónomo con el cual esperaba proporcionarles a los compositores una forma de indicar el tempo con exactitud y proporcionar a los intérpretes una ayuda para una ejecución regular. Beethoven aplaudió la idea alegremente y de inmediato se lanzó a una canción aparentemente espontánea basada en el «ta ta ta» del instrumento de Mäzel. Los demás asistentes se unieron para convertir la canción en un rondó. Esta tonada intrascendente pasó a formar parte del segundo movimiento de la Octava Sinfonía, en la que Beethoven estaba trabajando en ese momento. La melodía cuenta con un acompañamiento acompasado sugerente del metrónomo.

La inclusión de este tema metronómico no es el único ejemplo de humor en la sinfonía. La obra abunda en pausas inesperadas, notas sorprendentes y gestos no preparados. También es ingeniosa la forma en la que finaliza el primer movimiento, con el corte repentino de lo que parece ser una nueva expresión del tema principal. El cierre excesivamente grandioso constituye una última humorada.

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