A casi 4.000 metros de altura, en el monumento que simboliza la unión entre Argentina y Chile, autoridades de ambos países dieron un paso histórico y formalizaron el inicio de Paso Centauro, el proyecto que permitirá el intercambio seguro de datos entre los sistemas aduaneros, reduciendo la burocracia y potenciando la eficiencia en el cruce fronterizo.
En el proyecto tienen un rol clave la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quienes lideran técnicamente el desarrollo de la iniciativa. En esa línea ambas casas de estudios firmaron documentos de intención donde se comprometieron —y dejaron plasmado en una placa— a "unir sus esfuerzos para el desarrollo del proyecto Paso Centauro, cuyo objetivo es mejorar el transito de personas y los procesos de movilización de carga en esta frontera común, a partir de la optimización de la interoperabilidad transfronteriza bajo el concepto de confianza digital, dando pie así a una nueva forma de trabajo integrado entre nuestros países".
Por la UNCUYO, estuvieron presentes Roberto De Rossetti, secretario de Transformación Digital (STD) y Francisco Bravo, articulador de Gestión y Vinculación Tecnológica de ese espacio.
También participaron por Argentina Mario Isgró, subsecretario de Desarrollo Territorial de la Nación y Celina Vaccarone Michref, asesora del Foro Diplomático de Mendoza. Por el gobierno chileno, el senador de la V Región de Chile, Kenneth Pugh, su asesor Michael Heavey y el cónsul General de Chile en Mendoza, David Quiroga Hinojosa. Y por la PUCV el director General de Asuntos Internacionales de esa Universidad, Orlando de la Vega Luna.
El tercer encuentro en un lugar simbólico
La reunión, en el Cristo Redentor de los Andes, fue la tercera del proyecto. La primera se realizó en Mendoza, la segunda se hizo en Chile y esta vez se eligió el símbolo más importante de la unión entre ambas naciones.
Francisco Bravo, explicó cómo surgió la idea del proyecto: "Lo que vimos es que podíamos aplicar tecnología que han usado en Estonia, con mucho éxito, a través de una herramienta de una plataforma que es gratuita y que te permite el intercambio de información, el intercambio de datos. Se trata de un intercambio confiable, donde no hay manera de que pueda ser transgredida la seguridad de los datos".
"Aplicamos esa tecnología, que es de libre acceso y gratuita, para hacer la interconexión con el gobierno de la provincia de Mendoza, cosa que ya está hecha. Entonces nos preguntamos por qué no hacemos lo mismo con el problema que tenemos en el tránsito a Chile, a ver si podemos aplicar esa tecnología para poder intercambiar datos, de los dos lados de la frontera", detalló Bravo.
El senador chileno, Kenneth Pugh también resaltó el papel clave de las universidades. "Firmaron el convenio para hacerse cargo de todo lo que es el despliegue de Paso Centauro, una iniciativa del Siglo XXI para poner a disposición de los Estados de Chile y Argentina de toda la tecnología digital que permita hacer el traspaso transfronterizo seguro de datos".
"Esto es confianza digital entre Chile y Argentina, que va a acelerar los procesos de traslado, transporte y el paso de la carga y también de pasajeros”, expresó Pugh
Paso Centauro
El proyecto implementará el sistema X-Road para agilizar los trámites aduaneros. La tecnología garantiza confidencialidad, integridad e interoperabilidad entre las partes que intercambian datos. La información queda almacenada por quien la genera, para evitar duplicaciones, errores y facilitar la veracidad.
La intención es aplicar el principio de “una sola vez”, para que se pueda ingresar o salir del país con presentar solamente el DNI. Al interconectar todos los datos de la persona al DNI, se facilita el trámite aduanero y se mejora la seguridad digital.
El nombre, Paso Centauro, apela a la metáfora del ser mitológico. En este caso, simboliza la combinación de capacidades humanas con herramientas tecnológicas avanzadas, especialmente la inteligencia artificial. Al igual que un centauro es una fusión del humano y el caballo, en este contexto se habla de una sinergia entre la intuición, la creatividad, el juicio humano y el poder analítico y procesador de datos de las máquinas.
La idea es que al trabajar juntos —humanidad y tecnología— se puedan superar los límites de lo que cada uno puede hacer por separado, logrando una colaboración óptima en lugar de una simple automatización.