Distintos actores que están realizando investigaciones en el ámbito de la alimentación, junto con referentes de comedores y merenderos, dialogaron en el marco de un “Ciclo de conversaciones por la seguridad y soberanía alimentaria” para proponer acciones de trabajo colaborativo y en red, y ofrecer un diagnóstico de situación. Entre las principales problemáticas que se identificaron se encuentran el bajo nivel nutricional de los alimentos que se consumen en los establecimientos. Además que las donaciones y los productos ofrecidos por el Estado, suelen ser altos en carbohidratos y ultraprocesados; y hay un bajo consumo de frutas y verduras.
Durante el ciclo, que contó con la participación de más de 50 organizaciones públicas y privadas, se debatió sobre los principales problemas y desafíos que enfrentan todos los actores vinculados a la alimentación de niños y niñas que asisten a comedores y merenderos. Reconocieron la falta de información sistematizada y la escasez general de alimentos, en especial carnes, lácteos, huevos, frutas y verduras.
Entre los desafíos principales que se plantearon se encuentra la necesidad de políticas públicas de seguridad y soberanía alimentaria a través del desarrollo de un plan que incluya educación en alimentación saludable, infraestructura adecuada y segura, y compras de impacto a productores de la economía social.
Otro aspecto destacado fue la necesidad de una mejor articulación entre las distintas áreas del gobierno vinculadas a la alimentación y un mayor apoyo a productores locales, como así también la necesidad de más espacios de diálogo entre el gobierno y los distintos actores.
Macarena Randis, integrante del Programa Desarrodar, dependiente del Consejo Asesor de la Secretaría de Extensión y Vinculación de la UNCUYO manifestó que “uno de los grandes problemas es la falta de acceso a alimentos saludables por parte de niños y niñas que trae aparejado graves problemas de salud en la población, cada vez hay más niños y niñas con obesidad, diabetes, hipertensión. Esto es el resultado del incremento de la pobreza e impacta negativamente en el cambio climático. Es necesario cambiar la manera en que producimos, compramos y distribuimos los alimentos”.
Referentes manifestaron que reciben asistencia pero es dispar y discontinua. Hay comedores y merenderos que reciben grandes donaciones, de manera periódica y de diferentes lugares, mientras otros no reciben nada o lo hacen muy esporádicamente. Otra de las principales necesidades que se destacaron fue la falta de equipamiento e infraestructura como también ausencia de servicios de agua potable y gas.
Con toda la información relevada se trabajará en un informe completo a modo de diagnóstico participativo sobre las problemáticas que presentan las compras, distribución y valor nutricionales de alimentos, con el fin de comenzar a armar planes de trabajo conjunto entre las organizaciones sociales, el gobierno y la universidad.
La actividad fue organizada por Desarrodar, junto con Alimendar, El Arca, Nuestra Mendoza, Generando Puentes, FEDEM, el Banco de Alimentos y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.