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La UNCUYO celebra la restitución de la identidad del nieto 131

La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo encontró al hijo de los mendocinos Lucía Nadín y Aldo Quevedo.

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La UNCUYO celebra la restitución de la identidad del nieto 131

La Universidad Nacional de Cuyo, a través de su Área de Derechos Humanos, junto con la Facultad de Filosofía y Letras, celebran con alegría la restitución de la identidad de otro nieto, el 131, gracias a la incansable lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. Como Universidad comprometida con la defensa irrestricta de los derechos humanos y la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, toda recuperación de identidad es celebrada. Pero este caso es especial: además de tratarse de una pareja mendocina, su madre y su padre fueron estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de nuestra casa de estudios. Coincidencia o destino, su hijo también estudió una carrera afín.

El 22 de diciembre la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, que celebra sus 45 años, anunció la feliz resolución del caso número 131. El “nieto” que recibimos es hijo de Lucía Ángela Nadín, nacida el 13 de diciembre de 1947 en la Ciudad de Mendoza, de y Aldo Hugo Quevedo, sancarlino nacido el 26 de noviembre de 1941.

Lucía egresó en 1973 como profesora de Lengua y Literatura Francesa y conoció en su etapa de estudiante a Aldo, también profesor. Seis meses después se casaron. El matrimonio trabajaba en una imprenta en el departamento de Guaymallén y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP).

En mayo de 1976 se trasladaron a Buenos Aires escapando del cerco represivo contra su organización. Entre septiembre y octubre de 1977 la pareja fue secuestrada. Lucía cursaba un embarazo de pocos meses. El matrimonio mendocino estuvo cautivo en los Centros Clandestinos de Detención "Club Atlético" y "El Banco". De este último Lucía fue trasladada para dar a luz, posiblemente a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Desde entonces no se tuvo más información sobre ambas víctimas. Felizmente, ahora se sabe dónde está su hijo.

El caso fue denunciado tempranamente por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza e investigado por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI).

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