“En caso de desigualdad, rompa el cristal” fue la consigna que impulsó la Universidad Nacional de Cuyo en su campaña para visibilizar el rol de las mujeres en el mundo laboral y las limitaciones que impone el “techo de cristal”. Se realizó durante marzo para reconocer la problemática y también los logros, en el camino por conseguir la igualdad de género.
En ese sentido, mujeres que ocupan cargos de poder y de toma de decisiones, tanto de la Casa de Estudios, como de la política provincial, nacional y de medios de comunicación de Mendoza, recibieron un simbólico mensaje. Un martillo de emergencia que pide que, en caso de desigualdad, se rompa el famoso techo de cristal, acompañado de una inscripción y un recordatorio sobre una de las principales conquistas alcanzadas por la Universidad durante 2019: la paridad de género.
La propuesta se hizo en el mes de la mujer con la intención de homenajear y reconocer la labor de aquellas que abrieron camino rompiendo la limitación velada al ascenso laboral, reconociendo así las dificultades, las conquistas y lo que aún queda por desandar en torno a la igualdad de género. La fuerte adhesión que tuvo la campaña demostró, además, que esta lucha es general, y va más allá de las diferencias ideológicas y partidarias.
Como la intención es seguir construyendo igualdad, también se realizaron producciones que están visibles en el sitio web oficial y que se compartieron por las redes sociales de la Universidad.
Las mujeres en la Universidad y en los Medios. Las protagonistas coinciden en sus historias en que no ha sido fácil romper con ese techo. Si no que ha sido un camino constante y permanente de lucha por alcanzar y superar la barrera invisible que pone trabas en los cargos de poder y de decisiones asignados durante años a los varones. Años en los que se debía demostrar mayor productividad, capacidad y habilidades en la pugna por conseguir el mismo espacio. Un camino que le ha costado mucho a la mujer el poder crecer y ocupar cargos importantes en todos los ámbitos y profesiones. Si bien es complejo y difícil, es posible conseguirlo. Y los hombres que tienen que acompañar y deconstruirse en la lucha por nuevas masculinidades porque es lo que se necesita para que las mujeres tengan un lugar donde demostrar sus habilidades y fuerza de trabajo.