Con la intención de incorporar una estrategia de Reducción del Riesgo de Desastres (RRD), la UNCUYO trabajará en un diagnóstico participativo a partir del cual podrán identificarse oportunidades de mejora frente a diferentes escenarios de riesgo, crisis o emergencias.
Construyendo una universidad sostenible y resiliente. Índice de infraestructura Universitaria es el nombre del proyecto que surge en el contexto del Plan de Gestión de la Sostenibilidad 2022- 2026 de la Universidad y propone comprender el funcionamiento del Campus Universitario y su vinculación con el Gran Mendoza.
Buscará profundizar en las diferentes unidades académicas dado que cada una cuenta con una fuerte identidad y autonomía de gestión. Comenzará por la Facultad de Filosofía y Letras como una experiencia piloto y a futuro se podrá replicar en otras instalaciones.
A partir de las mediciones se podrá identificar las principales amenazas recurrentes, las poblaciones más vulnerables de la comunidad educativa, la existencia de instalaciones vitales relacionadas con el funcionamiento del campus universitario y fortalezas y debilidades del marco normativo.
También se podrá ver la capacidad de organización, la previsión y mejora de las condiciones de seguridad en cada uno de los establecimientos universitarios, entre otros aspectos clave.
Herramienta internacional
El proyecto de la UNCUYO utilizará el Índice de Seguridad en Infraestructura Universitaria (ISIU), una herramienta de Naciones Unidas para el análisis de las condiciones de sitios de universidades y sus condiciones de riesgo específicas. Este instrumento, además de ser reconocido a nivel internacional, fue aplicado en la última década en diversos países de América Latina y El Caribe.
El ISIU permite obtener una puntuación según variables e indicadores para cada unidad académica, señalando las fortalezas y los aspectos en los cuales es necesario trabajar para mejorar la seguridad.
En el caso de la Facultad de Filosofía y Letras, se enriquecerá la herramienta ISIU con algunos estudios de percepción del riesgo por parte de los miembros de la comunidad educativa. De esta manera, se intentará mejorar las estrategias de comunicación, las pautas de organización interna y el desempeño de los actores clave. Se trata de ver cómo actuar no sólo en etapas previas a una crisis, sino especialmente ante una situación de emergencia y su recuperación.