Acompañaron al disertante y al rector, el embajador de Chile en la Argentina, Adolfo Zaldívar Larraín, y el ex embajador Eduardo Rodríguez Guarachi; el ministro de Infraestructura de Mendoza, Mariano Pombo, y el secretario de Relaciones Internacionales e Integración Regional Universitaria de la UNCuyo, Carlos Abihaggle.
Entre los asistentes, estuvieron presentes el titular del Centro Científico Tecnológico (CCT-CONICET Mendoza), Roberto Bárcena; miembros del cuerpo consular acreditado en Mendoza, decanos y secretarios del Rectorado, integrantes de la comunidad universitaria, dirigentes de la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza y de la Unión Ferroviaria así como de otras organizaciones sociales.
Somoza expresó la “complacencia” de la Universidad por la puesta en marcha de esta iniciativa binacional “por su absoluta pertinencia y por su incidencia en la región” y se comprometió a “abrir el juego a la comunidad científica local y de Cuyo”, como expresión de “la voluntad de involucrarse en la perspectiva de los próximos 15 años de Mendoza y la región”.
En ese sentido, Abihaggle indicó que diversos puntos concretos del proyecto CBA serán expuestos en setiembre en el Instituto Tecnológico Universitario; en octubre, en la Facultad de Ingeniería, y en noviembre, en la Facultad de Ciencias Económicas, actividades que proseguirán en distintas Unidades Académicas en el próximo ciclo lectivo.
El CBA en el contexto
Previamente a la disertación de Eurnekian, hubo varias intervenciones orientadas a ubicar el CBA en el contexto local, nacional, sudamericano y mundial.
Rodríguez Guarachi se remontó a los conflictos que enfrentaron “hace un segundo, en la perspectiva de la historia” a Chile y la Argentina, comparándolos con “la paz que hoy reina, ya que nada de lo de hoy sería posible sin la mediación de Juan Pablo II”. La realidad actual, “con un comercio creciente, con el 35% de las inversiones chilenas en el extranjero radicadas en la Argentina y la confianza entre las Fuerzas Armadas, con 1.200 soldados argentinos y chilenos en un comando conjunto a disposición de la ONU”, tiene una meta en el futuro inmediato: “Ir juntos, Argentina y Chile al Asia, con sus empresarios”, a través de la integración física a que apunta el CBA.
Sin embargo, advirtió, “nos quedan cables sueltos”, que es necesario ir aunando.
El ministro Pombo reafirmó “la convicción del Gobierno de Mendoza de participar en el proyecto, por la gran importancia y trascendencia que tiene para la provincia”. Evocó los trabajos realizados durante años por el Ente Binacional del Tres Trasandino, “que se ven coronados con la iniciativa empresaria de concretar el nuevo corredor bioceánico”.
El embajador Zaldívar se preguntó si el proyecto “no llega un poco tarde” pero recalcó que se trata de “una razón de ser”, ya que “nos va a cambiar la vida y contribuirá a que América del Sur tenga una personalidad propia. Antes hemos tenido cosas hechas por otros o para otros. Casi no tenemos cosas nuestras. Por eso, este proyecto es vital”.
Tras afirmar que “Mendoza es el epicentro” del CAB, lo ubicó como un “hito histórico” para la provincia, como fue su fundación, la conformación del Ejército Libertador, el terremoto de 1861 o la llegada del ferrocarril. “Hoy, cuando el mundo está cambiando, la historia plantea el acceso al Pacífico”.
El diplomático hizo hincapié en que “la participación de la Universidad garantiza que esto se puede hacer bien”, ya que el CBA “no es sólo un negocio de empresarios emprendedores y visionarios”. En ese sentido, sugirió la realización de “un gran encuentro del pensamiento que reflexiones sobre su trascendencia, algo así como lo fue el Ejército Libertador”. Ahora “estamos trabajando con visión propia”.
Finalmente, señaló que Chile “tiene una gran capacidad de comercio, pero no la capacidad de producción de la Argentina”, por lo que se impone la complementación “para ir juntos al Asia”. Y concluyó: “Nadie está de más. Nos necesitamos todos, con apertura y solidaridad. Asumamos el desafío como hace 200 años”.
El proyecto en síntesis
Eurnekian comenzó señalando que “la lógica” de la iniciativa radica en que se trata de “solucionar un problema”.
El 66% del tránsito entre la Argentina y Chile se hace a través del Paso Cristo Redentor, con baja calidad y eficiencia, y colapsado. Hace cinco años que la carga que atraviesa el paso no supera los 5 millones de toneladas/año, a pesar de que la actividad económica ha crecido en los dos países. Además el 83% del tráfico entre las dos bandas del Cono Sur se hace por mar, mucho más costoso y lento.
La solución: construir un nuevo paso. Que debe ser por la misma zona. No por casualidad la carga se canaliza en sus dos terceras partes por esta zona, que por otra parte concentra, entre San Pablo y Valparaíso el 40% de la población y el 70% del PBI del Cono Sur.
Para cumplir con las condiciones de que el nuevo paso esté abierto los 365 días del año, disminuyendo el tiempo y aumentado la capacidad de transporte, se ideó la construcción de un túnel de baja altura de gran longitud (52 km), mediante ferrocarril eléctrico. Una ventaja para ello, son los miles de kilómetros de vías de trocha ancha en ambos países.
Tras cuatro años de elaboración, se cuenta con un proyecto altamente rentable, tanto para el sector privado como para la sociedad en general. Mejora los tiempos logísticos y produce una mayor cercanía de las poblaciones. Al haber nacido como iniciativa privada, tiene como beneficio que alinea tanto el interés privado como el público. Y representa una excelente oportunidad para toda la región, como salida eficiente al área del Pacífico, que hoy protagoniza un creciente liderazgo a nivel global.
El CBA tuvo si primer antecedente en el proyecto de rehabilitación del ferrocarril trasandino propuesto por la empresa mendocina Tecnicagua en el 2007. En 2008, se sumaron otras iniciativas privadas que, en marzo de 2009, elaboraron el primer estudio de factibilidad. En octubre de 2009, las presidentas de Chile, Michelle Bachelet, y de la Argentina, Cristina Fernández, constituyeron en Maipú la Entidad Binacional encargada de conducir desde los respectivos Estados la implementación del proyecto.
Con el patrocinio de los dos Gobiernos, el 1º de marzo pasado representantes de la Corporación América (Argentina), Empresas Navieras (Chile), Mitsubishi Corp. (Japón), Contreras Hermanos (Argentina) y Geodata (Italia) rubricaron la constitución del consorcio internacional Sociedad "Bioceánico Aconcagua S.A.”
En julio pasado, finalmente, se concluyeron los estudios, de tal manera de poder pasar ya a la etapa de Licitación Internacional.
La previsión de los emprendedores es que, en el año 2022, tras varias etapas de ejecución, transiten por el CBA 77 millones de toneladas/año, con costos reducidos a la mitad en comparación con los actuales y con una proyección social que cambiará sustancialmente las sociedades a ambos lados de la cordillera.
Eurnekian finalizó su exposición insistiendo en el lema que da sentido a todo el proyecto: “El límite del hombre está en la altura de sus esperanzas”.
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12 de marzo de 2020