La actual gestión de la Universidad Nacional de Cuyo, encabezada por el rector, Daniel Pizzi, avanzó en acuerdos paritarios con el sector del Personal de Apoyo Académico y de Servicios de esta Casa de Estudios.
Específicamente, se acordaron con ese claustro de trabajadores, diversas cuestiones relacionadas con las tareas consideradas “esenciales” en las actividades cotidianas de la UNCUYO, con las excepciones de tener que asistir al lugar de tareas, según las prescripciones que las personas empleadas posean, y con las condiciones para la realización de tareas “remotas”.
Estos acuerdos, se suman a los que ya se están abordando con otros sectores de la Universidad, tal el caso del claustro docente, con el que la gestión busca avanzar en los diversos procesos de efectivización.
Según el acta paritaria firmada el pasado 25 de agosto, la Universidad y el sector de apoyo académico y de servicios avanzaron en la categorización de las denominadas “fases esenciales” de sus tareas, las que por lo tanto “requieren presencialidad” en las labores. Así, entre otras, se definieron a las tareas relacionadas con el ámbito de la Salud o en los distintos laboratorios que existen en el ámbito universitario, los medios de comunicación o algunas tareas específicas de actividades “en bodegas, plantaciones y fábricas” de algunas facultades.
En el documento, que se puede consultar aquí, también se dejan en claro cuáles son los “casos excepcionales” que ameritan presencialidad eventual y qué personas son aquellas que se encuentran totalmente exceptuadas de asistir a los lugares habituales de trabajo debido al contexto de pandemia.
Por otro lado, el acta paritaria firmada el pasado 3 de septiembre, da cuenta de las condiciones en que se debe realizar el trabajo denominado “remoto”, entre las que se destacan los horarios a cumplir y el cumplimiento de las normativas vigentes.
El acta correspondiente se puede consultar aquí.
Ambas actas paritarias serán enviadas oportunamente al Consejo Superior para que reciban la debida confirmación de ese cuerpo.
Con estas acciones, cada parte involucrada hace gala de su predisposición al diálogo y a las decisiones consensuadas, en una clara demostración de que la discusión democrática enaltece a las instituciones.