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“Las cárceles de Mendoza siguen siendo un campo de concentración y de tortura”

La Corte Interamericana de Derechos Humanos se expidió, tras la audiencia de Brasilia, sobre el caso “Penitenciaría de Mendoza”. Determinó mantener las medidas cautelares y provisionales que pesan sobre el Estado argentino.

28 de abril de 2006, 17:04.

ATPA

De nuestra redacción

agenciataller@ciudad.com.ar

28/04/06 La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), según el texto del dictamen, instó al Estado argentino a que “adopte en forma inmediata e inexcusable medidas efectivas para proteger la vida e integridad de las personas privadas de libertad y de todas las personas que se encuentran en el interior de los penales”.

El pasado 30 de marzo se celebró una audiencia en Brasilia en la cual se trató el caso “Penitenciaría de Mendoza”. En dicha ocasión se presentaron los informes de los abogados peticionantes y del Estado argentino (que implica  a los gobiernos nacional y provincial). El objeto de lo informado fue el avance (o no) respecto del compromiso firmado en el Acta del 2005, tras la anterior audiencia en Asunción.

Además de mantener las medidas cautelares y provisionales impuestas en 2004, la CIDH exige al Estado “informe en forma concreta  y específicamente a la Corte Interamericana cada dos meses a partir de su último informe, sobre las providencias adoptadas para cumplir todo lo ordenado por el tribunal”. Según el diario argentino Página 12, estos términos son de alta densidad dentro de los códigos diplomáticos.

En diálogo con ATPA uno de los abogados peticionantes, el Dr. Pablo Salinas, afirmó que: “la responsabilidad la comparten el estado nacional y el provincial, para la CIDH  el Estado argentino es uno. El gobierno nacional no ha hecho lo suficiente, si esto hubiera sido en Capital Federal ya hubieran volado varias cabezas”. Respecto de este agregó: “Más allá de la buena voluntad se necesitan recursos económicos y decisión política”.

Salinas recordó que, dos años después de que se dictaran las medidas de la CIDH, no se mostró compromiso ante la situación, lo cual es de gran significación a nivel internacional. De la situación en las cárceles, afirmó que siguen siendo un “campo de concentración y de tortura. Se mantiene el hacinamiento y los encierros prolongados como medidas disciplinarias, y esto es considerado tortura según asociaciones internacionales relacionadas al tema”.

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