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Las consecuencias de la impunidad (1º parte)

Agencia Taller presenta la primera parte de un informe especial sobre la situación actual de algunos represores y funcionarios de la última dictadura militar en Mendoza. ¿Qué rol cumplen hoy en la sociedad? ¿Por qué la justicia y la comunidad no los condenan? Estas son algunas de las preguntas que aún buscan respuesta. En esta entrega Luis Francisco Miret.

27 de septiembre de 2005, 10:19.

Departamento de Política

Agencia Taller

agencia@uncu.edu.ar

Luis Francisco Miret

“Íbamos a los juzgados pensando que los jueces federales nos iban a apoyar. Después nos dimos cuenta de que era más de lo mismo”, declaró Haydeé Suárez, madre de Virginia Adela Suárez, desaparecida el 13 de mayo de 1976.

El abogado Luis Francisco Miret fue designado Fiscal de la Cámara de Apelaciones de Mendoza durante los años de la dictadura. En ese entonces, tanto los fiscales como los jueces debieron dar juramento ante el Estatuto de Reorganización Nacional de la dictadura.

Haydeé Suárez explicó esa falta de acción constitucional: “de los primeros hábeas corpus que se presentaron nos contestaban que no tenían registrado en la justicia detenciones, luego empezamos a reunirnos las madres y a ir a la legislatura, hacíamos presentaciones y no teníamos respuestas”.

Por su parte, Pablo Salinas, uno de los abogados defensores de los Familiares de Desaparecidos en Mendoza, agregó que “hay fallos donde ellos (por los jueces federales) declaran la inconstitucionalidad de una norma por oponerse al Estatuto o al Acta del Proceso Militar”.

Roberto Vélez, en su libro Represión en la UNCuyo, afirma sobre Miret que “no estaría demás releer sus fallos de aquella época. La sola lectura demostrará no estar solo frente a un impotente. También a un cómplice”.

En 1987, Miret se abstuvo de participar en un juicio por la desaparición de Daniel Romero (secuestrado en Guaymallén el 24 de mayo de 1978), donde se llamó a declarar al represor Juan Pablo Saá.

En la excusación, el por entonces Presidente de la Cámara de Apelaciones, sostuvo: “mantengo amistad con el nombrado (Saá) desde que en 1973/1974 fui Procurador Fiscal Federal en San Luis. Tuvimos estrecho trato social visitándonos mutuamente, con trato familiar”. Y finaliza: “paréceme obvio que no puedo tener de aquí en adelante la objetividad necesaria para intervenir en el juzgamiento de la participación que pudiera atribuírsele en delitos a mi amigo el General Juan Saá”.
A pesar de tal declaración, 14 años después, el mismo Miret interrogó a Saá durante las investigaciones para conocer la verdad del destino final de los desaparecidos durante la Dictadura.

A raíz de esto, los abogados presentaron la recusación a la misma Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, donde fue rechazada. Luego elevaron el pedido a la Cámara Nacional de Casación Penal, instancia superior, donde nuevamente fue impugnado el recurso de queja, argumentando entre otras causas, que los Juicios por la Verdad sólo tenían importancia en el conocimiento de datos e información y no en procesar a las personas que fueran llamadas a prestar declaración.

Ante tal situación, la defensa se dirigió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación refutando que, a pesar de tal objeto, cualquier juicio debe responder a los principios de garantía de la doble instancia e imparcialidad. “Toda persona tiene derecho a ser oída por un tribunal independiente e imparcial con las debidas garantías”, argumentaron.

En Mayo de 2004 la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) declaró procedente el recurso extraordinario planteado por la recusación de Miret, íntimo amigo de Juan Pablo Saá, y anuló la sentencia solicitada ordenando que volvieran los expedientes al tribunal de origen.

En la actualidad, Miret es profesor de la materia Filosofía Jurídica de 5º año de la carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho en la UNCuyo. Además, la materia Introducción al Derecho de 1º año cuenta, entre su bibliografía, con un libro homónimo, de su autoría.

La Rectora de la UNCuyo, María Victoria Gómez de Erice, fue consultada sobre la participación de Miret como docente universitario. Ella aclaró: “el hecho de que él haya subsistido como juez no quiere decir de ninguna manera que él tenga algo que ver”.

“Tengo conocimiento de todos y cada uno de los familiares de desaparecidos y los juicios que se hicieron en Mendoza, y jamás escuché el nombre de Miret como alguien que hubiese consentido o apoyado esto. Yo no quiero que se le haga a nadie lo que nos hicieron a nosotros”, finalizó.

Desde la reinstauración de la democracia, Luis Miret fue Juez Federal y Presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, desde donde presidió los Juicios por la Verdad en 2001. Aún hoy es miembro de esa Cámara.

Al momento de ser contactado por Agencia Taller, se encontraba de licencia, fuera del país.

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