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Las cumbres desde adentro

Más de 50 mil personas se movilizaron por el centro de la ciudad de Mar del Plata para repudiar la presencia del Presidente norteamericano George W. Bush, el ALCA, la militarización de América Latina y el pago de la deuda externa. Mientras tanto, presidentes y representantes de 34 países americanos, menos Cuba, se reunían custodiados por cientos de vallas y miles de policías. Agencia Taller en las dos cumbres

08 de noviembre de 2005, 01:18.

Por Rodrigo Sepúlveda

Agencia Taller. Editor del Departamento de política

Desde Mar del Plata, Argentina.

sepul25@hotmail.com

“Bush, fascista, vos sos el terrorista”, gritaban las 50 mil personas que coparon la calle Independencia de Mar del Plata en el cierre de la III Cumbre de los Pueblos.

Poco más temprano había llegado el ya famoso “Tren del Alba” que transportaba a distintas figuras políticas y artísticas y, al más famoso entre los mortales, Diego Armando Maradona. Apenas tuvo un micrófono enfrente, el “Diego” calificó a Bush como una “basura” y “asesino”, y pidió a la gente que se movilizara “en paz, sin romper nada”. Además, ante casi un centenar de periodistas, envió un saludo a Fidel Castro: “lo quiero mucho con todo mi corazón”, admitió.

Pero fue el diputado nacional Miguel Bonasso quien rescató el valioso aporte de Maradona a la causa contra el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA. “El llega a donde los intelectuales no llegamos”, confesó con tanta claridad como certeza.

La presencia de Maradona en la estación de trenes generó una marea humana dispuesta a dar la vida para poder tocarlo o lograr un autógrafo. Nadie lo consiguió, ni siquiera los cronistas pudieron arrancarle una frase. Aunque, manos anónimas sí pudieron hacerse de su documento nacional de identidad.

La noche anterior, el reconocido atleta cubano Javier Sotomayor había dicho a Agencia Taller sobre la presencia de Maradona,que nos enorgullece que esté al lado de nosotros defendiendo su ideales”.

“Hoy América está en la calle”

Luego del arribo del tren, todos se trasladaron a la esquina de Independencia y Luro donde estaba convocada la Marcha.

Uno de los marplatenses que participaron de la movilización dijo emocionado mientras observaba las más de 15 cuadras de gente que portaban cientos de banderas: “Hoy América está en la calle”. Y sobre el hombre más repudiado del día dijo: “Bush es una plaga, donde va mata”. 

En la fría mañana del viernes 4, miles de latinoamericanos calentaban cuerpo y garganta para recorrer las más de 25 cuadras que restaban para llegar al estadio Mundialista y escuchar en el cierre las palabras del Presidente de Venezuela Hugo Chávez y su discurso a favor de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), la contra cara del ALCA.

Había representantes de norte y centro América y de Chile, México, Venezuela, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia y más de 300 cubanos que resaltaban por su colorido.

Un pequeño incidente casi hizo peligrar la unidad de la protesta. Fue cuando el grupo que encabezaban Hebe de Bonafini, Miguel Bonasso, el boliviano Evo Morales y los que habían llegado en el “Tren del Alba” bajo la sigla Argentinos por la Patria Grande, se colocaron al frente de la movilización. Esto generó malestar en los representantes de las organizaciones que convocaron a la III Cumbre. La situación estuvo a punto de no resolverse, pero finalmente el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo- Línea fundadora y referentes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y delegados de todos los países participantes, se colocaron en la primera línea y avanzaron entre cánticos y empujones.  

Durante la caminata hacia el Estadio, una fuerte lluvia que pretendió hacer menguar la resistencia de los pueblos, no hizo más que afianzar las convicciones de los que gritaban: “No al ALCA, no a la militarización y no al pago de la deuda externa”.

Pérez Esquivel dijo a Agencia Taller: “Estamos participando y contentos que haya tanta gente de todo el continente. Aquí están los hermanos de Estados Unidos, de Canadá, de toda América Latina para participar y tratar de que esto tenga la resonancia internacional que debe tener”.

Entre rejas y miles de policías

En simultáneo a la marcha y exageradamente custodiados en la IV Cumbre de las Américas que reunía a los 34 mandatarios y representantes de los estados del continente, el presidente Mexicano, Vicente Fox, se transformaba en el vocero de los intereses norteamericanos y trataba de introducir una mención al ALCA en la declaración final del encuentro. Desde la denominada zona de exclusión sostuvo que la Alianza “es la salida para la región”.

Esta actitud provocó el rechazo de uno de sus compatriotas que iba en la manifestación. Héctor de la Cueva,  dirigente mejicano, dijo a Agencia Taller que Fox “ha sido uno de los aliados más cercanos de Bush, es un incondicional, pero afortunadamente ya se va dentro de unos meses”. Y agregó, “que el pueblo mejicano lo va a juzgar en las elecciones y no van a regresar los que se aliaron a Bush”.

De la Cueva afirmó que el Nafta, el Tratado de Libre Comercio que México tiene con Estados Unidos y Canadá, “ha sido un verdadero desastre social y económico. Todos los indicadores, incluso con cifras oficiales, muestran que ha sido un retroceso gravísimo para el pueblo y para el país el haber firmado ese tratado”.

Bajo la atenta mirada del Che, Bolívar, San Martín y Martí

Cuando la marcha llegó, el estadio mundialista ya estaba preparado para una fiesta.

Una enorme imagen de Ernesto “Che” Guevara se desplegaba arriba del palco de autoridades. Y abajo del escenario tres enormes rostros de héroes latinoamericanos. La cara de Simón Bolívar, José de San Martín y José Martí.

Por los altoparlantes fluía un ritmo caribeño mezclado con letras de contenido político. La originalidad del grupo tropical se reflejaba en su estribillo: “que te hagan mil referéndum que no te van a poder sacar”, en clara referencia a las elecciones que ratificaron al presidente venezolano Hugo Chávez en el poder. La canción arriesgaba incluso un posible final de mandato. Proponía “Chávez hasta el 2021”. 

Por su parte, las Madres de Plaza de Mayo, con Bonafini a la cabeza, colgaron una enorme bandera que decía “Fuera Bush”.

En el escenario se sucedieron en la canción el chileno Francisco Pancho Villa, los cubanos Amaurí Pérez y Vicente Feliz y antes de que fuera el turno de Silvio Rodríguez, el periodista Quique Pesoa, que ofició de maestro de ceremonias, presentó a Blanca Chancoso, dirigente indígena ecuatoriana y encargada de leer el documento final de la III Cumbre de los Pueblos.

La mujer, con fuerza indígena, grito ante los miles de manifestantes “no más con el saqueo de nuestros pueblos, no queremos el libre comercio”.

Chancoso dijo que los pueblos de América “no queremos más proyecto de muerte. El ALCA debe ser enterrado para siempre”. Y agregó que “para acabar con la pobreza, el desempleo y la exclusión social es necesario y posible una integración desde y para los pueblos”.

Después de que Silvio Rodríguez tocara varios temas, uno incluso con Víctor Heredia, Chávez que escuchaba atentamente, usó la frase de Chancoso y declaró muerto y enterrado el ALCA. “Al ALCA le tocó su entierro hoy, en Mar del Plata. El próximo que vamos a enterrar es el capitalismo”, dijo y la gente estalló en aplausos.

Luego prometió a los miles, llevar a la otra cumbre, la de los presidentes enjaulados, “las palabras de ustedes”.

La III Cumbre de los Pueblos se cerró sin incidentes. Y Chávez cumplió con su palabra. Aunque el ALCA aún no está oficialmente muerto, después de la IV Cumbre de las Américas, quedó herido letalmente.

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