Un grupo de veinte beneficiarias del plan “Jefes y Jefas de Hogar” denunció que al cumplir sus hijos la mayoría de edad les fue levantado el plan por la Municipalidad de Las Heras. Según manifestó a Agencia Taller Patricia Carmona, de 54 años y madre de un joven de 19 años, el municipio decidió quitarle la ayuda económica de $150 a este grupo tras cumplir sus hijos los 18 años.
Como contraprestación del plan las denunciantes concluyeron sus estudios secundarios en un centro de enseñanza para adultos obteniendo el título de Auxiliares de asistentes sociales. Esta salida estaba orientada a que luego de terminar el ciclo de estudios medios, las beneficiarias del plan se desempeñaran en esa función en centros de salud y hospitales. Pero luego de terminar los estudios, el trabajo nunca llegó.
Cabe aclarar que es el mismo plan el que prevé los $150 para madres de hijos de hasta 18 años y automáticamente se les da la baja cuando se da esta condición. Si bien esta es una acción lícita, el hecho de garantizar una salida a la coyuntura económica mediante la implementación de este tipo de planes y luego de concluida la contraprestación no efectivizar mediante trabajo genuino, se trata de una estafa moral desde los gobiernos municipales fomentando el clientelismo y la corrupción de las clases populares.
“Queremos que nos conteste el Sr. Miranda, porque sólo se ha reído de nosotros” declaró a esta agencia la representante del grupo de ex beneficiarias del plan. “De treinta que éramos les dieron trabajo a diez y no en donde decían que íbamos a estar si no en cualquier otro lugar dentro de los municipios; Nosotras estudiamos y ahí metidos en la municipalidad está lleno de ñoquis ignorantes”; Sostuvo además, que lo que busca el grupo es que se les otorgue un trabajo para “poder trabajar y ganarnos el pan con nuestro trabajo, como cualquier persona digna”.
El Plan Jefes y Jefas de Hogar fue creado en 2002 para dar ayuda financiera mensual a las personas que sean cabeza de familia y que no tienen ningún ingreso. En los hechos, no requiere que los beneficiarios hagan trabajo alguno ni que reciban entrenamiento laboral.
Ese hecho hizo que su asignación recibiera críticas desde otros sectores económicos, incluso desde la Iglesia, que los cuestionaron porque generarían pérdida de la cultura laboral en los beneficiarios.
Observaciones similares hizo un reciente estudio del Banco Mundial sobre ese tipo de subsidios sociales. Además, señaló que la distribución de estos fondos a través de gobiernos locales "favorece el clientelismo político y la corrupción".
Las críticas más recientes con respecto al programa radican en que “no se ha informado debidamente a los beneficiarios y esto genera que los planes se redirijan tras no ser cobrados por quienes entienden que con el trabajo temporal se les da de baja el plan y no acuden a cobrarlo o se los traslada de sucursal sin previo aviso, entienden que fueron dados de baja y no vuelven a cobrar el plan” según sostuvo Angela Mangioni de la Dirección de estadísticas de la provincia.
Pablo Lozano
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales