La educación en las universidades argentinas ha disminuido su calidad debido a la falta de docentes, la cual es proporcional a la falta de presupuesto. De las cien casas de estudio existentes, 45 son estatales y 55 privadas. Las más afectadas por el presupuesto son las primeras, el cual oscila en 537.317.600 pesos distribuido entre las universidades de todo el país.
Esto no alcanza, ya que el ingreso aumentó paulatinamente desde el 2000 al período actual en un 50%. Una de las causas de este aumento se debe a la búsqueda de inserción laboral y ascenso social, ya que, a pesar de la crisis, los universitarios ganan más que los que no lo son.
En contrapartida, del lado docente se registró una disminución de matrículas, ya que mientras éstas crecían un 35%, la de los alumnos lo hacía en un 89%. El incremento de los cargos simples, que son los de menor carga horaria, no hace más que acrecentar las debilidades del sistema educativo. Y mientras se asegura que no hay presupuesto para designaciones de cargos titularidad. Esta situación imposibilita que los alumnos puedan ser atendidos correctamente, que desarrollen actividades más personalizadas y los distancia de tener un contacto más personalizado con el docente.
Mucho se ha hablado de la disminución de la calidad en las carreras universitarias, y los docentes coinciden con el concepto del deterioro, pero aducen que esta cuestión también ha beneficiado a quienes detentan el poder, ya que la administración de las universidades, a través de los consejos académicos, ha logrado mantener su hegemonía a través de la limitación de acceso a cargos regulares.
Por su parte los alumnos partícipes directos de este escenario siguen graduándose en un sistema de baja calidad en cuanto a recursos. Pero en medio de esto el número de egresados aumentó en un 11%.
Si bien este deterioro del sistema educativo afecta considerablemente a las universidades estatales, éstas siguen constituyendo la mejor opción para una cantidad importante de jóvenes que después de la crisis, y ante las condiciones laborales desfavorables, las siguen eligiendo. Ya sea buscando el ascenso social o la inserción laboral, son la apuesta más segura al futuro desde la necesidad de contar con algunas herramientas para enfrentar la realidad de nuestro país.
Fuentes: Presupuesto universitario 2005 (Tesoro Nacional), Anuario universitario de estadísticas (Clarín/Página 12)
Verónica Zabala
Departamento Sociedad y Movimientos Sociales