En concordancia con las carreras que dictan allí, varias instituciones educativas públicas apuestan al teatro, la música experimental, la TV y el cine.
No necesariamente el conurbano bonaerense está ligado con los índices de pobreza y marginación. Justamente, en la zona más compleja del ex bastión duhaldista, funcionan universidades nacionales de primer nivel que, a muy pocos años de su creación, se han convertido en espacios de producción artística, laboratorios de investigación de avanzada y generadoras de hechos artísticos de peso. Paradójicamente, esas universidades públicas ?que en su mayoría funcionan en viejas fábricas o galpones reconvertidos en espacios pulcros, vanguardistas, y polifuncionales? están ubicadas en los partidos del conurbano más castigados.
Increíble, pero real. Con crecimientos distintos entre ellas, las universidades de Lanús, Quilmes, Tres de Febrero, San Martín y La Matanza han producido una película ganadora de premios internacionales, copan buena parte de la programación del canal Encuentro, exportan producciones de todo tipo, se convierten en bolsones de investigación que rescatan el espíritu vanguardista del Instituto Di Tella y producen espectáculos de teatro en articulación con la formación académica. Todo eso, vale reiterarlo, con dinero público.
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Teatro en San Martín. En materia de artes escénicas, la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) pica en punta. De hecho, lo primero que construyeron en el campus Migueletes fue un teatro, y eso no fue un capricho. Actualmente, tienen el Centro de Investigación y Producción en Teatro de Títeres y Objetos (con diplomatura en títeres de dos años y medio) y un centro dedicado a las artes escénicas dirigido por Cristina Banegas. Mientras tanto, están en tratativas con Gerardo Hochman para armar una carrera de tres años de circo.
Desde la actual temporada, El Excéntrico de la 18, la emblemática sala de Banegas, en Villa Crespo, está cogestionado por la Unsam. En el magnífico campus, creado en 2004, piensan instalar una carpa de circo para 600 personas, para presentar diversos espectáculos. Allí mismo, en lo que eran terrenos de Ferrocarriles Argentinos, con un edificio circular, que obtuvo un premio internacional por su cuidada intervención, están remodelando un antiguo depósito de agua para crear un espacio polifuncional. Si a eso se suma el teatro, en poco tiempo se armará un combo compuesto por diversas salas en medio de un campus que podría ser del primer mundo, pero no: estamos acá, en pleno cordón bonaerense, donde la única noticia parece ser la inseguridad.
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En la pantalla chica. Las universidades se han convertido en productoras de programas que se emiten en los canales culturales de cable. De hecho, informalmente, el canal Encuentro nació en la Unsam. A lo largo de este año, por ejemplo, en ese canal estatal se emitieron cuatro ciclos de la Universidad de Tres de Febrero (Untref), otros cuatro de la Unsam y uno de La Matanza.
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Del conurbano al mundo. La Unsam es de las universidades que más apunta a lo artístico. De hecho, produjeron la película Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer, que fue premiada en el Festival de San Sebastián, y produjeron la música original Petite Symphonie Concertante, de Santiago Chotsourian, para el restaurado documental Expedición Argentina Stoessel, que con tanto éxito se ofreció en el Festival de Biarritz. Para el año próximo tiene dos fichas "grosas": el maestro francés Phillip Genty, al cual ya trajeron este año para hacer un curso intensivo en Bariloche, vendrá a fin de la temporada para montar un espectáculo de teatro objeto. En lo que se refiere a artes plásticas, en octubre, llevarán al Museo de Arte Decorativo una muestra dedicada a Le Corbusier curada por el arquitecto Santiago Calatrava.
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¿Espíritu ditelliano? En el Sur, la Universidad de Quilmes hace punta en todo lo que se refiere a arte sonoro. Allí, 450 alumnos cursan la licenciatura en Composición con Medios Electroacústicos, que combina materias de música, con otras de tecnología aplicada a la música. Acá se producen otras combinaciones: la de docentes que convierten a la misma universidad en el búnker para investigar y crear nuevos trabajos. En ese camino de ida y vuelta, se cruzan nombres, como Nicolás Varchausky, Martín Liut, Carmelo Saita o Mariano Cura.
En el impecable edificio, ex fábrica textil, también funciona el programa Teatro Acústico, que dirige Oscar Edelstein. Por allí circulan buena parte de los integrantes de Buenos Aires Sonora, los mismos que montaron aquel recordado trabajo en Plaza de Mayo, que contaba la historia reciente del país. Si bien la universidad no tiene el capital suficiente para mantener desde lo económico esos proyectos, indirectamente termina haciéndolo. Por eso mismo, la firma de UNQ suele aparecer en los programas de mano del Teatro Colón, las salas independientes y en espacios no convencionales. En varios de esos casos, la propia universidad presta sus equipos para que estos creadores presenten sus investigaciones. Como yapa, en los últimos años, la Universidad de Quilmes ha recibido presupuestos extraordinarios por su alto rendimiento.
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Made in Lanús. En el mapa de estas universidades, la de Lanús también apuesta al teatro. Rubén Stella es el director del Centro de Estudios Dramáticos en el cual, a mediados de este año, montó Made in Lanús, con actores de cartel y alumnos del centro. Actualmente, tiene un ciclo de radioteatros y otro de cine, curado por Rómulo Berruti, que se presenta en una sala propia con capacidad para 180 espectadores.
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Matanza cultural. La Universidad La Matanza (Unlam) abarca estudiantes que viven en el primero, segundo y tercer cordón del conurbano bonaerense. Su campo universitario, donde funcionaba una planta automotriz, es un oasis, con un café y aulas que miran a un parque con árboles, para que nadie viva el hacinamiento de puertas afuera. Es un concepto arquitectónico que tiene como objetivo que los estudiantes se queden realizando diversas actividades en la universidad en vez de estar en la calle.
Dentro de los proyectos culturales, además de las bienales de arte, los conciertos de rock de los viernes en la radio, el coro y el grupo de teatro, la universidad planea la construcción de un anfiteatro para 2000 espectadores (con una inversión aproximada de dos millones de pesos) para transformar a la Unlam en un polo cultural de la zona. Ya cuentan con las butacas, el telón, las alfombras y la pantalla de cine, que compraron a los antiguos dueños del cine Metro porteño por 100.000 pesos.
La universidad cuenta con un diario propio llamado Uno, distribuido en quioscos, bares y estaciones de trenes de la zona. También cuenta con una radio AM, con una audiencia de dos millones de personas, que sigue la campaña de los equipos de fútbol de la región.
Mientras que el equipo del Laboratorio de Medios es un proveedor permanente de producciones documentales para el canal Encuentro y Canal á. De los alumnos de esa universidad surgió el equipo técnico que participó en la filmación de la película Las manos, de Alejandro Doria, y produjo el documental Las mujeres de Shoá, emitido por Canal 13.
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Bastión de Caseros. La Untref nació en 1998 y fue creciendo por su capacidad para generar producciones culturales fuera de la universidad. Su departamento de extensión se fortalece con clases de tango, coros, talleres de teatro y muestras de artes visuales. Las artes electrónicas juegan un papel importante en su producción. Tienen el sello musical Untref Sonoro, que lleva editado los discos de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la Untref y un CD con música incidental de Manolo Juárez. Además, la Untref es conocida por su productora de contenidos audiovisuales, que realizó programas premiados, como Mestizo, y series documentales, como Explora, que contó con la producción de Jorge Guinzburg.
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Contracara. En muy pocos años, estos lugares abandonados que daban cuenta de otra realidad de país se han transformado en eslabones de una industria cultural, y el espectáculo, sostenido con dinero público y en articulación permanente con estudios académicos. Un verdadero lujo para los tiempos que corren.
Por dentro
* Piedra fundacional. Las universidades de Quilmes y de La Matanza fueron las primeras en ponerse en funcionamiento (1991). La última de este quinteto fue la de Tres de Febrero (1998).
* Población. La Universidad de La Matanza, con 35.000 alumnos, es la que posee mayor cantidad de estudiantes. Como contracara, la de Quilmes ronda los 6000.
* Estudios. La oferta artística de las casas de estudios abarca desde una diplomatura en Títeres hasta maestrías en Comunicación, Cultura y Discursos Mediáticos, pasando por una licenciatura en Composición con Medios Electroacústicos, en Música y Artes Electrónicas.
* Producción. En estos años, desde estos claustros nacieron ciclos que se emiten por el canal Encuentro, produjeron las películas Iluminados por el fuego y Las manos, tienen sus propias orquestas, producen obras de teatro, y hasta poseen un diario y varias radios.
* Lugares. De viejos galpones y fábricas abandonadas, varias de estas universidades se han transformado en poco tiempo en claustros llamativamente limpios (si se los compara con la UBA o el Iuna), funcionales, con tecnología de avanzada y contenedores de realidades sociales adversas.
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22 de noviembre de 2024