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León Nijensohn, académico de Mendoza destacado entre 200 judeo-argentinos en el Bicentenario

En ocasión del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810, se preparó en Buenos Aires una lista con los nombres de 200 personalidades judeo-argentinas que han contribuido, y algunas lo siguen haciendo, a la vida política, económica, social, científica, artística y deportiva de la Argentina.

26 de julio de 2010, 11:34.

imagen León Nijensohn, académico de Mendoza destacado entre 200 judeo-argentinos en el Bicentenario

Aparecen en ella nombres muy reconocidos como César Milstein , Daniel Barenboim, Marta Argerich, Tato Bores, Daniel Filmus, César Tiempo y otros como Najdorf, Varsavsky, Sadowsky,  etc.

La biografía N° 165 corresponde a León Nijensohn, el único de Mendoza que integra la lista y uno de los pocos que todavía están con vida. También es uno de los  pocos representantes de su campo profesional y académico: las Ciencias Agrarias. Los editores enfatizan su papel de Maestro, reconocido por colegas y ex alumnos y del que la UNCuyo y Mendoza pueden enorgullecerse.

Este es el perfil que presenta de él la publicación mencionada:

 
León Nijensohn

La problemática de los suelos y el agua en agricultura

El primer académico de Agronomía y Veterinaria de Cuyo

Ingeniero agrónomo graduado en 1940, a los 21 años, en la Universidad de Buenos Aires, fue Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Cuyo y primer Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria en la región de Cuyo.

Fundador del Instituto de Suelos y Riego, en 1998, a los 80 años, recibió el grado de Doctor en Ciencias Agrarias, el primero otorgado por esa universidad, con una tesis sobre “Aportes conceptuales y experimentales al diagnóstico y manejo del suelo y del agua en la agricultura regadía “.

Extraordinario docente, según Nijensohn la misión de la Universidad es intervenir activamente en la creación, adaptación y perfeccionamiento de nuevos conocimientos, criterios, técnicas y destrezas. En Ciencias Agrarias, esto es indispensable para dar respuesta a los problemas específicos que plantea cada caso. Al final de sus clases, solía entregar a sus alumnos un cuestionario anónimo sobre los temas que había desarrollado, para observar qué habían entendido y qué no, y destinaba el comienzo de la próxima clase a aclarar puntos críticos.

Aparte de sus contribuciones pioneras en el campo de su especialidad, lo que mejor expresa su actuación es la influencia que el medio ha recibido y recibe a través de más de dos generaciones de ingenieros agrónomos que reconocen en él a un maestro y amigo.

Así lo prueba el premio “San Martín Agricultor” que le otorgó en el 2005 el Centro de Ingenieros Agrónomos de Mendoza del que fue fundador y presidente.

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