Un hecho que preocupa a la comunidad escolar puso ayer nuevamente en el centro de la escena al colegio Liceo Agrícola, el mismo que en 2006 fue noticia por los desmanes ocasionados dentro del edificio por un numeroso grupo de alumnos que festejaba el fin de sus estudios: un estudiante que cursa el primer año del Polimodal fue atado y amordazado en el baño ayer durante uno de los recreos por casi diez minutos.
Según los padres del menor, se trata de una práctica común que es utilizada por los “mayores” para darles la bienvenida a los chicos de los primeros cursos. Esto fue desmentido por la escuela, desde donde afirmaron que se trata del primer hecho de este tipo. “Mi hijo me dijo que la semana pasada agarraron a otro alumno y le hicieron algo similar en el baño. Aparentemente, los estudiantes de los últimos años hacen estas cosas con los del primero a modo de bienvenida”, contó María, mamá del menor agredido.
“Fue una broma pesada de recepción a los nuevos. Mi hijo me contó que unos muchachos lo sacaron del curso y lo ataron en el baño. Parece que lo eligieron al voleo”, relató por su parte Sergio, padre del agredido.
La vicedirectora a cargo de la institución, María Zandanel, precisó que ya estarían identificados los agresores del maniatado y que se prevé aplicar sanciones ejemplificadoras para que esto no vuelva a ocurrir. Según dijo, los chicos cursarían segundo año del Polimodal y en las próximas horas serán citados sus padres. Si reciben más de 20 sanciones, el Consejo Escolar del colegio será el que finalmente decida qué castigo les cabe a los agresores.
Honda preocupación
Ayer, luego del hecho, la preocupación y el nerviosismo de los directivos se respiraba en los pasillos del colegio dependiente de la UNCuyo. No es para menos, pues el hecho revivió la pesadilla que les tocó vivir a fines de 2006, cuando 94 alumnos recibieron 20 amonestaciones tras protagonizar el tradicional “asalto” con el que las promociones del colegio celebran desde hace añares la proximidad del fin de sus estudios. En esa oportunidad, la situación se fue de las manos y una alumna terminó aturdida por un petardo, un chico se lastimó la mano con una puerta y un empleado administrativo sufrió una úlcera en un ojo.
“Lo que nos pasó en 2006 fue muy feo y todos en el colegio hemos trabajado para lavarle la cara al Liceo. Me duele que, habiendo trabajado tanto, ahora salgamos en los diarios otra vez por culpa de dos chicos”, se lamentó Zandanel, quien a su vez ratificó que el caso ocurrido ayer por la mañana es el primero del que tienen noticia.
“Esto nunca debería haber pasado. Que no paguen más de 700 alumnos el comportamiento inadaptado de dos chicos”, planteó y se comprometió a aplicar sanciones “fuertes” para que no vuelva a suceder un hecho similar.
Opinión
La vista gorda
El Liceo Agrícola es un colegio prestigioso en cuanto a calidad educativa pero ello no debe dar lugar a la confusión: ayer los directivos de la institución se mostraron más preocupados por la imagen de la escuela que por el hecho en sí, lo que evidentemente habla de un temor a asumir una clara situación de violencia entre los alumnos.
No es acertado tratar de tapar el sol con las manos, pues nada positivo puede resultar de minimizar una realidad que parece volverse moneda corriente.