Las piezas fueron rescatadas durante monitoreos paleontológicos realizados en diferentes obras del Proyecto Potasio Río Colorado, dando cumplimiento a la Ley de Patrimonio de la Provincia de Mendoza 6034 y su Decreto reglamentario 1882/09, y a la Resolución 090 de la Dirección de Minería y 209 de la Dirección de Protección Ambiental.
La supervisión del operativo estuvo a cargo del paleontólogo Bernardo González Riga, investigador del Conicet, representantes de la Universidad Nacional de Cuyo, personal técnico de la Dirección de Patrimonio y Museos, organismo dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de Mendoza, personal de la empresa Potasio Río Colorado y de la Consultora Knighy Piésold.
Camiones de gran porte trajeron a la UNCuyo una gran cantidad de restos fósiles de dinosaurios saurópodos, rescatados en el área del Proyecto Minero Potasio Río Colorado, Malargüe. Estos materiales complementan los primeros hallazgos –rescatados el año pasado- y se analizarán en el laboratorio del Instituto de Ciencias Básicas (ICB) para investigarlos y preservarlos.
El paleontólogo Riga detalló el proceso de rescate, el cual requiere de una actividad rápida para sacar el fósil y así pueda continuar la obra. En el campo lo que se hace es un rescate y preservación de la pieza aplicando “técnicas de preservación del primer mundo”-en el sentido de la logística- es decir, se las cubre con tela, yeso, malla metálica y cemento -una estructura de metal interna y otra externa soldada- y eso lo levanta la máquina; vienen en cámara de arena. Asimismo para el traslado “uno lo trae rodeado con la roca que lo contiene”, explicó.
“Ahora, continuó, cuando se los prepare en el laboratorio se los va a analizar para determinar a qué especie pertenecen”, puntualizó.
Laboratorio de Dinosaurios de la UNCuyo
Se habilitó el año pasado con el fin de utilizarlo para la investigación de estos fósiles. Está ubicado en el Instituto de Ciencias Básicas (ICB), unidad académica dedicada a las Ciencias Exactas y Naturales, que funciona en el Espacio de Ciencia y Tecnología, donde se conformó un Área de Paleontología de Vertebrados.
Este año, 130 alumnos realizan sus prácticas en el laboratorio.
Sobre este tema el paleontólogo González Riga explicó que el mismo representa “algo más que un laboratorio porque incluye un programa de investigación, docencia, de preservación patrimonial y de transferencia a la sociedad”. Es decir cumple con diferentes objetivos: el primero es de investigación porque “nosotros permanente tenemos proyectos de investigación a través de CONICET y de la UNCuyo, para investigar dinosaurios de Mendoza y de otros lugares del país", dijo.
La segunda función es la de docencia, señaló Riga, en el sentido de que esos fósiles sirven como material didáctico y de apoyo para otras cátedras como Paleontología Vertebrada (que se dictó por primera vez este año) y Ciencias de la Tierra.
Por último mencionó que también sirve para el desarrollo de una actividad extracurricular que es la del Laboratorio Escuela en Paleontología, en el que participan estudiantes de distintas universidades. Ellos cumplen diferentes tareas; una de ellas es la de ayudar en la preparación de los fósiles, otra es en trabajos de campo y de preservación de yacimiento, como el de huella de dinosaurios en Malargüe. También participan en proyectos de investigación, en la presentación de trabajos en Congresos, en exhibiciones y réplicas. Además colaboran en el dictado de charlas y talleres para las escuelas.
En ese sentido valoró el tema de la profesión ya que “implica una vocación, una pasión por la actividad y un compromiso ético con la sociedad; porque el profesional es alguien que sirve a la sociedad. Es un servicio directo a la comunidad calificado por un saber que la Universidad le da”, expresó.