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Los alemanes votaron por sostener el actual Estado de bienestar

No hay un ganador cierto tras las elecciones realizadas el pasado 18 de setiembre. Sólo un punto porcentual separa en las cifras finales a la conservadora Angela Merkel del canciller Gerhard Schröder. Ambos analizan una coalición, pero aún no han llegado a un acuerdo definitivo.

03 de octubre de 2005, 23:20.

Por Juan Lencioni.

Agencia Taller - Departamento de Política

juanlencioni@hotmail.com

Para el analista político de Clarín Oscar Raúl Cardoso, “el socialdemócrata Schröeder se reivindica como el único que puede gobernar Alemania”. Su propuesta contiene elementos clásicos de izquierda, como la de aplicar un impuesto para los ricos que ganan más de 250.000 euros anuales.

Cardoso agrega: “Lo de la democristiana Merkel, suerte de Margaret Thatcher fuera de tiempo y burilada en plástico, no es mejor. Su propuesta de aumentar la tasa del IVA no entusiasma al credo conservador ya que ganó por menos de un escuálido punto porcentual. Ante esta victoria se niega a reconocer el hecho de que su propuesta extremadamente neoconservadora y de renovada asociación política con EE.UU. resultó demasiado para que la digiriera una sociedad en la que la obligación del Estado de proveer a todos es considerada aún un valor vigente”.

Más allá de la contienda electoral, los expertos indican que está en juego el modelo económico alemán. Alemania quiere aumentar ahora los impuestos, por una u otra vía, ya sea el IVA del lado conservador o los impuestos a los ingresos más elevados, como lo quiere Schröder. Asimismo, tanto el actual Gobierno como la oposición quieren reducir los impuestos a empresas (de 25 hasta 19 y 22 por ciento, respectivamente).

“En el fondo, Alemania parece estar apuntando a una suerte de modelo escandinavo, pero se pretende seguir manteniendo su generoso bienestar social”, se señala desde el canal estatal alemán DW-TV.

Para el conservador británico Financial Times, "Alemania está atrapada en una situación de empate político, luego de que los partidos obtuvieran un claro mandato para realizar reformas económicas radicales. Pero a nivel de empresas, la reestructuración continúa. Los optimistas ven ya surgir una nueva Alemania, construida por los empresarios y no por los políticos”.

Schröder quiere seguir siendo canciller, pues su partido socialdemócrata ha sido el más votado. Por otro lado, Angela Merkel se considera legitimada para ocupar su puesto, ya que la Unión Cristianodemócrata y la Unión Social Cristiana que ella lidera suman la mayor cantidad de votos.

La economía más fuerte de Europa está políticamente paralizada. A corto plazo se prevé que las negociaciones para formar Gobierno se prolonguen. Quizá concluyan sin resultado. En ese caso se formaría un Gobierno en minoría.

Pero esta situación no solo afecta a la política interna alemana. En Bruselas, sede de la Unión Europea, hay preocupación. Se teme que Alemania deje de intervenir en la política del viejo continente. Eso ocurre en un momento en que deben reformarse los estatutos financieros de la Unión Europea. La voz de Alemania, el mayor contribuyente neto a las arcas, tiene peso. Y el imprevisible escenario germano se produce en un momento de crisis, después de que Francia y Holanda rechazaran la Constitución europea. Se teme lo que podría pasar en el caso de que un Gobierno de minoría dirigiera el destino de Alemania.

Elecciones demoradas

Además se desarrollaron el pasado domingo 2 de octubre elecciones en Dresde, distrito de la ex Alemania Oriental que cuenta con 219.000 electores. Según el politólogo Woyke de la Deutsche Welle, este retraso no planteó ningún problema: "los ciudadanos se ven constantemente influenciados por muchos factores. Y además, no todos se dejan influenciar en la misma dirección", comentó.  Sin embargo varios analistas coincidieron que esta cifra insignificante de electores no alterará la actual situación de confusión.

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