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Los alumnos de universidades privadas afrontan aumentos de entre 20 y 30 %

La suba de las cuotas es una constante en las casas de estudio pagas. Aquí, un repaso por cada una de las que funcionan en la provincia. Explicaciones y detalles.

La crisis económica mundial también golpea el ámbito educativo. Así, al comenzar el ciclo lectivo 2009, muchos estudiantes de universidades privadas se encontraron con significativos aumentos tanto de matrículas como de cuotas, que oscilan entre 20 y 30% con respecto a las últimas pagadas en el 2008. Ante esta situación, gran parte del alumnado tuvo que suspender sus estudios o continuarlos en la universidad estatal, eso si llegaba a tiempo con las inscripciones.

El Sol fue en busca de las tarifas que hoy manejan las diversas universidades privadas y de las versiones en las que sustentan los aumentos. Esto sin dejar de tener presentes los argumentos de los alumnos y las alternativas que toman para enfrentar los incrementos. Aquí, una radiografía de la situación de los estudiantes que quieren continuar con sus carreras pese a la crisis.

AUMENTO. Si se quiere ingresar a las universidades privadas, hay estar seguro de poder hacer frente a las abultadas cuotas. Esto porque si el estudiante no paga, no puede cursar ni rendir exámenes. La primera opción que se presenta es la de cambiarse a la universidad pública. Pero, ¿cuáles son los riesgos de tomar esta decisión? En primer lugar, implica tener que empezar casi de cero por incompatibilidades en los programas. Entre universidades privadas los cambios también son complejos, aunque distinto es el traslado de una universidad pública a una privada, ya que estas últimas suelen reconocer casi todo lo rendido.

Los estudiantes de las universidades privadas comenzaron el ciclo lectivo con considerables aumentos en las cuotas mensuales que rondan entre 20 y 30% respecto del año pasado, teniendo en cuenta que en el 2008 ya se había registrado un aumento.

Las instituciones afirman que desde la crisis del 2001, muchos aranceles se mantenían sin cambios, o sólo con ajustes menores, pero ahora no descartan, incluso, próximos incrementos durante el año, sobre todo a mitad de año.

El impacto de la crisis económica, que redujo significativamente los niveles de inscripción, particularmente en el 2002, hizo que durante estos años, la mayoría de las universidades mantuviera la cautela a la hora de los aumentos en los aranceles. El escenario ahora es diferente, y tras una recuperación visible de la matrícula en la mayoría de las universidades privadas, deciden incrementar los valores de las cuotas.

Las universidades privadas están reglamentadas como empresas, a diferencia de los colegios, no hay ninguna normativa sobre aumentos.

Según los datos ofrecidos por la Secretaría de Políticas Universitarias, las universidades privadas reúnen alrededor de 270 mil estudiantes, y se trata de un sector en crecimiento. En Mendoza son cerca de 15.000 los alumnos que asisten a casas de estudio privadas, según datos de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), organismo público que monitorea al sector.

EN CRECIMIENTO. Los aumentos se vienen registrando desde hace un tiempo, pero no eran tan significativos como los que se produjeron este año. Un alumno que pagaba en la Universidad Maza 290 pesos, hoy está abonando 530.

En tanto, la cuota de un estudiante de grado de la Universidad del Aconcagua aumentó 30%, en la cual un arancel mínimo de una licenciatura ahora cuesta 430 pesos. La Universidad de Mendoza también aumentó sus cuotas de 390 pesos (en el 2007) a 420.

En esta última hasta mayo del 2008 se podía pagar una cuota de 420 pesos, pero, a partir de agosto, se pasó a abonar 470, es decir, 11 por ciento más. En tanto que, a partir del 2009, este costo ascendió a 540 pesos, o sea 13 por ciento más.

Los presupuestos universitarios se ven afectados en gran medida por la inflación y están compuestos en más de 70 por ciento por los salarios de docentes y no docentes.

La Universidad Champagnat cobra una de las cuotas más bajas de la oferta educativa privada: su cuota llega a 360 pesos, 20 por ciento más que en el 2008.

La Escuela Internacional de Turismo, Hotelería y Gastronomía de Mendoza cobra 300 pesos en las carreras de turismo y hotelería, en tanto que gastronomía cuesta 490 pesos. En el caso de esta carrera, cada alumno tiene que comprar sus propios cuchillos, pero los demás materiales están incluidos. Por último, para ser sommelier hay que abonar 340 por mes.

ALUMNADO. Muchos jóvenes que asisten a universidades privadas tienen además un trabajo para sustentar sus estudios. El sueldo promedio por medio día de trabajo de un alumno ronda los 800 pesos. Es decir, si abonan casi 600 pesos de cuota, les restan sólo 200 para mantener gastos de fotocopias, libros y el pasaje a la facultad y al trabajo (algunos cuentan con medio boleto).

“Nosotros tenemos los valores de las cuotas relativamente similares al año pasado, el incremento fue a fines del 2008 y fue muy bajo. Casi todos los estudiantes trabajan. Hay un inconveniente este año, a diferencia del año pasado, en cuanto a las pasantías. Por cambios en los reglamentos universitarios, hay dificultad para que los jóvenes consigan ingresar a una práctica profesional rentada para sustentar su carrera. Hay estudiantes que con trabajos de temporada sostienen sus estudios, sobre todo aquellos alumnos de turismo cuando hacen temporada en Las Leñas”, comentó María del Carmen Sánchez, rectora de la Escuela Internacional de Turismo, Hotelería y Gastronomía.

Asimismo, Juan Garbuio encargado de la sección alumnos de la universidad Juan Agustín Maza, indicó: “En las matrículas de este año hay una caída general en el orden del 10 al 12 por ciento, debido a factores económicos, además de los diversos problemas vocacionales y dificultades para concluir el secundario en término, que se presentan todos los años. De la matrícula de alumnos que ya se encuentran cursando, no se ha registrado caída, aunque han aparecido más pedidos de becas, pero no ha habido mayores cambios”

Hay jóvenes que vienen desde otras provincias y que no tienen más alternativa que continuar, ya que cambiar a otra universidad o volverse a sus casas significaría un gasto mayor.

“Tenemos algunas carreras en las que somos los únicos de la región. Por ello, muchos padres eligen que sus hijos vengan a estudiar a la universidad porque, a la hora de medir costos, ahorran dinero tomando esta decisión. Otro factor que cuenta es que la universidad privada no se ve alterada por cuestiones políticas”, comentó Garbuio.

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