Paradójicamente, Cortázar fue derrotado por el profesor Juan Villaverde. Entonces Julio se sentó al piano y compuso la música para ese tema. Su labor docente fue valorada en grado sumo por sus alumnos. Pero su personalidad fue cuestionada por los poderes políticos. Lo habían acusado de nazi, rosista, fascista y falangista, aunque poco tiempo antes, y durante su estadía como maestro en Chivilcoy, también lo habían tildado de comunista, trotskista y ateo. Mendoza tuvo el honor de ser por esos breves años el hogar del padre de los "Cronopios", personajes ideales fruto de su imaginación. El inquieto catedrático partió en 1946 de Mendoza, a la cual él mismo denominó poéticamente "puerta de mi casa". Desde entonces ya no volvería a las aulas. Su vocación por las letras signaría definitivamente su vida. La magia de su "Rayuela" y la fantasía de sus personajes lo harían famoso en todo el mundo.
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1 de noviembre de 2024