Si el proceso resulta exitoso, podría mejorarse la calidad del recurso hídrico con muy bajos costos.
El procedimiento de la fitorremediación utiliza las hojas de algunas plantas como elementos de retención de arsénico y otras sustancias. Y según estudios preliminares, algunas especies vegetales acuáticas tienen la capacidad para retener arsénico y otras sustancias en un tiempo de 2 a 24 horas.
Según Claudio Rigoni, autor del proyecto y miembro del EPAS (Ente Provincial del Agua y Saneamiento), “la fitorremediación es un proceso que se conoce desde hace mucho. Pero no se conocen los mecanismos por los que algunas plantas lo hacen. Y ese es uno de los puntos a los que apuntará el estudio”.
A partir de la semana que viene, un grupo de científicos mendocinos comenzarán con el montaje de un laboratorio para investigar la capacidad de especies vegetales en el tratamiento del arsénico.
Aunque ya está comprobado que especies como la Ceratofillum (pinito de agua), Myriofillum (mil hojas) y Chara tienen esa capacidad, la idea central del proyecto es incorporar también nuevos ejemplares.
La presencia de arsénico es común en algunas zonas de influencia volcánica, tal como explicó Rigoni: “Es importante aclarar que esto no es por contaminación. Se trata de arsénico que se encuentra en algunos acuíferos cercanos a volcanes, que arrastran sedimentos y otro tipo de sustancias”.
Si bien el EPAS controla los pozos de agua subterránea -para descartar la existencia de niveles de arsénico mayores a los permitidos por la Organización Mundial de la Salud-, “hay lugares alejados, como puestos rurales, en donde la gente usa agua que no ha sido supervisada”, según explicó Rigoni.
Las investigaciones apuntarán a la utilización de agua que actualmente no puede ser aprovechada, precisamente por la presencia de sustancias como estas.
Pero no es el único beneficio. Según Rigoni, “ya existen mecanismos de limpieza de arsénico, como la oxidación, pero son muy caros. Lo importante de este emprendimiento es que tiene bajos costos”.
El proyecto
Después de haber trabajado por más de 10 años con la problemática del agua, Rigoni decidió presentar un proyecto para profundizar aspectos de la fitorremediación. El proyecto fue aprobado en febrero por la secretaría de Ciencia, Técnica e Innovación Tecnológica de la Nación. En los próximos días llegarían los fondos para que comience a funcionar el centro de investigaciones.
Los avances teóricos se realizarán en la sede de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional), mientras que la parte operativa, que trabajará a partir de muestras y análisis, hará estudios de campo en pozos de zonas como Lavalle o La Paz.
Precisamente, según Rigoni, “la idea es sumar a los estudios de laboratorio análisis de campo que se vuelquen a la comunidad y sirvan de aporte para llegar a una cooperativa o a una Unión Vecinal”.
Analía Boggia - aboggia@losandes.com.ar