También resultaría sencillo y hasta simplista cargar todas las culpas sobre la Ley Federal de Educación. Si la ley federal fuera el origen de todos los males bastaría con suspender su aplicación y mágicamente solucionaríamos todos los problemas de la educación. Tampoco sostenerla a como dé lugar es la respuesta. Una y otra opción constituyen una falsa dicotomía.
Participación amplia e incorporación de nuevos actores. Una síntesis superadora debería plantear una convocatoria amplia no sólo de los actores tradicionales del sistema educativo sino también de aquellos que deben ser parte en tanto \"sociedad educativa\": los municipios, las organizaciones de la sociedad civil, las asociaciones de usuarios, los sectores productivos, medios masivos de comunicación, etc.
El concepto de Sociedad Educativa definido por el paradigma del Desarrollo Humano incorpora una visión global que implica participar de un modo integral en las decisiones relacionadas con su educación. Los contenidos de la educación deberán ser definidos participativamente.
Este concepto es superador porque avanza sobre los procesos que se dan en la base, mediante acuerdos y consensos tanto provinciales como nacionales. No sólo la concepción política de la educación debe ser participativa, sino que también deben incorporarse los sectores sociales implicados en la discusión de las temáticas. Hay que aprovechar la capacidad de decisión que funciona en sistemas de relaciones directas entre agentes de los sectores productivos, culturales y educativos.
Metodología. A partir de este diagnóstico contundente es que consideramos impostergable definir los objetivos de la educación de Mendoza.
En primer lugar, consideramos que el señor Gobernador de la Provincia debe convocar a una consulta el marco de la idea de sociedad educativa. La misma deberá tener el plazo de inicio y conclusión más breve posible atendiendo a lo complejo de la materia. Los instrumentos pueden ser variados y los medios masivos de comunicación pueden cumplir un rol fundamental en su realización.
Esta convocatoria deberá responder algunos planteos cruciales: cómo incorporamos la enseñanza de valores, actitudes y saberes que reafirmen las experiencias culturales de cada comunidad; cómo extendemos la cobertura desde los cuatro años en toda la provincia; cómo mejoramos la retención en EGB3 y Polimodal; cómo reincorporamos a los chicos que dejaron la escuela; cómo ensamblamos la política educativa con la nación y el municipio; cómo flexibilizamos la institución para favorecer la participación; cómo logramos la terminalidad de los alumnos que adeudan materias; cómo favorecemos con verdadero sentido de la equidad a los alumnos de escuelas rurales y urbano-marginales; cómo ajustamos a los proyectos institucionales a las necesidades sociales y productivas; cómo implementamos un sistema de becas que permita la continuidad en el sistema; cómo revalorizamos los subsistemas de educación de jóvenes y adultos y capacitación para el trabajo; cómo garantizamos la inscripción de todos los niños en la escuela, entre muchas otras cuentas pendientes que tenemos los mendocinos como comunidad socialmente sustentable.
Plantearse qué tipo de conocimientos tenemos que desarrollar, en qué poner énfasis, es el desafío al que debemos dar respuesta. Su resultado condicionará el desarrollo de las generaciones futuras en un sistema educativo en el que al individuo se le dé una formación integral, sólida y permanente. El sistema productivo de aquí a 20 años se define a partir de los conocimientos de hoy y la discusión sobre la educación debe centrarse en seleccionar cuáles son los contenidos esenciales, para ir permitiendo el reciclaje y la adecuación permanente de los futuros trabajadores en la sociedad del futuro.
Conclusión: ¡A hacer los deberes ! A partir del compromiso con la educación, la Legislatura deberá plasmar la política socialmente consensuada en una clara ley de metas educativas que establezca pautas temporales claras y cumplibles.
No esperemos hasta que el nuevo presupuesto llegue \"envasado al vacío\" a la Legislatura para darnos cuenta, en 2005, que hacen falta más recursos para arreglar o construir aulas en las escuelas, ni que esos recursos deban atravesar la jungla burocrática para llegar tarde a no dar respuesta a las necesidades de nuestros niños.
Animémonos a ser creativos y pongamos de verdad a la educación como una política de Estado.