El proyecto nació en diciembre de 2003 y creció con el esfuerzo de sus protagonistas, especialmente por el entusiasmo y dedicación de sus directivos y de quienes trabajan en el servicio de proveeduría instalado hace casi un mes, en el ingreso principal al edificio de la obra social.
Allí, con predisposición, los lunes, miércoles y viernes trabajan María Luz Herrera, Cecilia Rubinstein y César Pizarro, y los martes y jueves Alejandra Salopek, Silvana Traetta y Jorge Bertolín. Están acompañados y asesorados por las profesoras Valeria Vigo y Cecilia Pérez, para atender necesidades de los empleados del Damsu y de los socios.
“Formación para el trabajo e inclusión laboral de personas con necesidades educativas especiales”, es el nombre original del proyecto. “Surgió -dicen los responsables- porque no existía en el Damsu un quiosco, lo que fomentó el ingreso de vendedores ambulantes de diferentes productos, con el consiguiente riesgo al no tener un control sanitario”.
Según explicaron, el SER cuenta actualmente con afiliados que presentan discapacidad de tipo cognitiva, que superan los 18 años, con el consecuente problema de la orientación, formación y ubicación laboral. A la vez que, en el Gran Mendoza, no se cuenta con una eficiente oferta de formación laboral para jóvenes con necesidades educativas especiales, como preparación para un futuro empleo.
Responsables del proyecto
La autora del proyecto -ya hecho realidad- es la profesora Paula Martinelli, quien actualmente estudia el doctorado en discapacidad en la Universidad de Salamanca, España. Ella contó siempre con el apoyo de la titular del SER del Damsu, María Alejandra de la Rosa.
La iniciativa tiene como asesoras técnicas a las profesoras Graciela Molinaris de Bertoldo, Gisela Danino y Rosa Giunta, a lo que también se le suma el trabajo de las coordinadoras Valeria Vigo y Cecilia Pérez