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Los Andes: Domingo 12: La Iglesia alertó al Gobierno por los índices de pobreza

Con el énfasis puesto en la pobreza, la marginación, la acultura y la inseguridad, se realizó ayer el Cuarto Encuentro por Mendoza, un evento de análisis de la realidad social, política y cultural de la provincia, que organiza la Iglesia Católica de Mendoza.

13 de septiembre de 2004, 12:47.

Si alguien esperaba escuchar planteos tibios, debió sorprenderse con varias exposiciones que remarcaron la cruda realidad del momento. El investigador Alejandro Roldán, un especialista en ese test del hambre que es la canasta de consumo, sostuvo lo que se ha afirmado en más de una oportunidad: “Dentro del 60% de los hogares pobres de Mendoza (134.102 familias), el 20% está en la indigencia. Y además de estar en la indigencia, no les alcanza para la comida, tienen hacinamiento alto o crítico, lo que conforma un factor altamente desfavorable para el desarrollo humano\".

También el mismo analista planteó que hay 93.800 niños, casi la población de Capital, en alto riesgo. Son los chicos de la calle, sin casa y con una ciudad que no tiene cómo contenerlos.

Roldán concluyó que “la sociedad margina a las familias de las actividades económicas y de las riquezas que produce el PBI”, y que esos hijos y nietos de familias pobres e indigentes “quedan a mitad de camino en el desarrollo, con lo cual se asegura su futura marginación”. Dejó como pregunta un interrogante lacerante: “Hay otra salida además de emigrar”.

El cometido de estas reuniones, esta vez bajo el lema “La familia como promotora de desarrollo integral”, tiene un fuerte acento en la visión de la Pastoral Social de la Iglesia mendocina, pero se enriquece con trabajos de personas particulares, centros de estudios universitarios y de fundaciones, como la Fundación Libertador, ligada al justicialismo, que presentó su tesis llamada “Desarrollo convergente”, que vincula a nivel estadístico la familia y el territorio. “Es -como dijo el arzobispo de Mendoza, José María Arancibia- un intento de diálogo para mantener e intercambiar el interés por lo social”.

También hicieron aportes la rectora de la UNCuyo, María Victoria Gómez, con una visión sobre la familia y el desarrollo cultural, y Liliana Mirábile, subsecretaria de Desarrollo Social, que defendió las políticas oficiales en la materia.

El gobernador de Mendoza, Julio César Cobos, asistió como oyente al tramo final, cuando expuso el arzobispo Arancibia sobre “Familia y desarrollo”.

No surgió del planteo del arzobispo una crítica directa a la administración Cobos, aunque puede interpretarse que quiso señalar que la gestión gubernamental intenta pero no puede ofrecer todo lo que la realización plena de la familia está demandando.

Arancibia pidió que los políticos o gobernantes no vean sólo a la familia como beneficiaria final del bienestar que se imaginan o intentan, proponiendo que “sea considerada como agente del desarrollo integral” y que “sea convocada a plegarse al desarrollo desde el primer momento”.

En tanto, el Gobernador dijo: “Podría pensarse que como responsable de la administración debería estar a la defensiva, pero no es mi caso. Asumo que no podemos ocultar que la mitad de nuestra población es pobre y me preocuparía ver que no reaccionamos o no estamos intentando hacer cosas para mejorar”.

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