Los chicos, en cambio, llevan la delantera en otras áreas. Marcan una diferencia significativa respecto de las damas en música, tecnología e informática. Mientras que en un noveno año tipo de las escuelas locales, los gustos se equiparan en las Ciencias Sociales y Naturales.
Estos datos vocacionales surgen de un estudio de 2002, realizado por la carrera de Ciencias de la Educación de la UNCuyo, sobre una población de mil alumnos de ocho departamentos de Mendoza. El objetivo fue analizar la problemática que se generaba en los adolescentes cuando, al salir del EGB3, debían elegir una modalidad.
Entonces, además del escaso conocimiento que los mismos docentes manifestaron con relación a las cinco modalidades, el trabajo detectó que las que tenían más quórum eran: las Humanístico-Sociales en las alumnas y la de Bienes y Servicios en los jóvenes. Esto pese a que la última modalidad, fue la que despertó más dudas entre los egresados. “Está algo desdibujada, cuesta definir cuáles son sus líneas de conocimiento”, indicó la socióloga y autora del trabajo, Lidia Diblasi.
En la modalidad de Ciencias Naturales las aguas se separan, pero no en función del sexo. La amplitud en los puntajes asignados por los estudiantes de noveno señala que es el área más valorada por algunos y más aborrecida por otros.
Esta batería de test también mostró que hay más interés de las damas por Comunicación, Arte y Diseño, mientras que los hombres se inclinan por Economía y Gestión. Esto va en consonancia con lo expuesto por Lucía Morchio, especialista en orientación vocacional. La psicopedagoga señala que ya las carreras no son propiedad de un género. Sin embargo, hay una disparidad notable. “Si bien ambos sexos priorizan los gustos y la salida laboral a la hora de elegir una carrera, las mujeres buscan que sea compatible con el ejercicio familiar y los hombres preponderan el factor remunerativo”, comentó Morchio.
Facultades donde la presencia femenina parecía un espejismo, hoy suman con agrado un alto porcentaje de mujeres a su matrícula. Es el caso de las ingenierías -sobre todo la industrial- y la de Ciencias Agrarias, donde falta poco para que equiparen en número a los varones. En los consultorios de orientación vocacional, hombres y mujeres hoy se ponen de acuerdo en un punto: “exigen que la profesión no les absorba todo el tiempo en el futuro”.
¿Están preparados?
Que la elección de una modalidad sienta las bases para la futura carrera, no está en discusión. En un estudio de seguimiento a una promoción de alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Diblasi pudo detectar que del total de ingresantes a estas carreras propiamente humanísticas, la cantidad de alumnos que provenían de colegios comerciales y humanísticos era casi proporcional. Pero, al final del estudio de grado, la mayoría de los egresados estaban entre los que tenían una base humanística.
La pregunta es si a los 14 años los alumnos pueden perfilar su vocación. “El margen de error es muy grande, pero lo mismo ocurría en el antiguo sistema cuando debían optar por bachiller o comercial”, explica Morchio. Entonces -a los 13 años- pesaba más la opinión de los padres. Con los dos años que se avanzó, la decisión del protagonista parece tener más peso, aunque Diblasi señala un gran nivel de indecisión y falta de interés en los adolescentes.
A esta edad, la elección de una modalidad dependerá de muchos factores: lo que elijan sus compañeros, lo que opinen sus padres, lo que ofrezca su escuela primaria y la oferta de Polimodal que tiene en su región. Esto es lo que más preocupa a los autores del trabajo, pues muchos chicos de zonas alejadas deben resignarse a cursar la modalidad a la que tienen acceso. Sin contar, que hay escuelas privadas que no promueven los tests para no perder alumnos para sus niveles medios.
Del campo a la ciudad
Pese a la proximidad, en preferencias de conocimientos, los chicos de la ciudad tienen mayores similitudes con los que viven en el campo que con los de zonas urbanomarginales. \"En los intereses juega mucho la realidad que están viviendo los chicos y sus familias, y los valores que han aprendido\", argumenta la socióloga Diblasi. Según el estudio, las asignaturas preferidas son casi las mismas en una escuela citadina que en una rural (9° año). Sólo que el interés de los chicos de regiones alejadas es superior en música, ciencias naturales y tecnología que sus pares urbanos. Por el contrario, estos se adelantan -y por mucho- en informática.
La sorpresa vino con las divergencias entre los alumnos urbanos y semiurbanos, donde sólo coincidieron en cuatro de 13 ítems. Aquí la informática y las matemáticas son las únicas que no implican diferencias. Al momento de elegir una modalidad, los chicos del centro prefieren las ´Humanístico-sociales y las de Comunicación-Arte y Diseño. En cambio, en las escuelas de la periferia tiene mayor convocatoria la de Bienes y Servicios.