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Los Andes-Domingo 14: Un chico de 19, invitado a estudiar en el Mozarteum de Salzburgo

Con la edad en que algunos muchachos terminan el colegio secundario, Federico Díaz Páez recibía el título de licenciado en Música, en la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo. Esto lo convirtió en el egresado más joven de esa casa de estudios.

15 de mayo de 2006, 14:00.

El logro y la historia de este guitarrista de 19 años se conocieron en la reciente entrega de los premios a mendocinos menores de 35 años, que anualmente realiza el Consejo Empresario Mendocino.
 
Además de ser uno de los 10 galardonados en el teatro Independencia, el joven prodigio de la Cuarta Sección ha recibido la invitación para especializarse en la Universidad Mozarteum de Salzburgo (Austria), en los cursos que anualmente dicta Eliot Fisk, el notable guitarrista norteamericano, uno de los discípulos vivos del notable maestro español Andrés Segovia.
 
Esta oportunidad es casi única, porque no son muchos los estudiantes argentinos que tienen la posibilidad de seguir la carrera en ese centro de excelencia musical europeo.
 
“Empecé en la música de muy chiquito, en la primaria del colegio Don Bosco, y parece que no la abandonaré nunca. Allí mi profesor era Daniel Morcos, quien se dio cuenta, al igual que mis padres, que mi mundo pasaba por el pentagrama”.
 
Con 15 años empezó la secundaria en el Colegio de Niños Cantores y luego, con 17, ingresó a la Escuela de Música de la Facultad de Artes. Allí rindió materias libres y así obtuvo la licenciatura con menos de 20. Con prescindencia de su formación universitaria, estudió y lo sigue haciendo con la profesora Cristina Cuitiño.
 
Díaz Páez enfrenta ahora al desafío de ponerse a las órdenes de uno de los más eximios concertistas del mundo, el americano Fisk, lo cual es una circunstancia única e irrepetible, pero a su vez muy complicada desde lo económico. El joven intérprete no dispone de una beca para enfrentar el costo de los pasajes, el cursado de un magister (cinco años) y la sobrevivencia diaria en una ciudad muy cara como Salzburgo.
 
Ha pedido una ayuda a la Subsecretaría de Cultura para solventar al menos los pasajes, pero si ese auxilio no llega, la inversión tendrá que salir de la economía familiar (su padre es martillero público) y de algunos pesos que ahorró. Igual, Federico se ilusiona con la posibilidad de que, en el futuro, las autoridades culturales de la Provincia hagan un concurso para apoyar los perfeccionamientos de artistas mendocinos en el extranjero, a condición de que el beneficiario vuelva luego a su tierra a proseguir con la actividad.
 
“De lo que se trata -dijo el intérprete- es que se valore el talento de los jóvenes músicos, porque muchos como yo aspiramos a vivir dignamente como concertistas sin tener que irnos del país”. El propio Fisk escribió en abril pasado una carta de aceptación, en la que declara que “lamentablemente sin una beca sería imposible para Federico seguir su sueño de estudiar conmigo. Escribo para pedir la ayuda generosa para que este hijo del gran país, que es Argentina, pueda realizar sus grandes capacidades artísticas”.
 
El Mozarteum de Salzburgo admitió a Federico a través de un video, pero ahora deberá completar los requisitos de ingreso a través de audiciones de piano y lectura musical y una prueba de alemán, idioma que está incorporando aceleradamente a su habla desde hace meses.
 
Cultor de música clásica, pero también de tango, especialmente con el Quinteto Bandó, a Federico se lo podrá escuchar el 17, a las 21, en la sala Elina Alba (España y Gutiérrez), donde interpretará a Albeniz, Villalobos y a dos de sus preferidos: Piazzola y Bach.
Miguel Títiro mtitiro@losandes.com.ar

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