En la provincia no existían carreras de grado en estas disciplinas. La investigación también queda relegada, imposibilitando mejoras en el campo tecnológico. Lo que se invierte en esa área es menos del 7 por ciento de toda la investigación científica (sin contar el Cricyt).

En las evaluaciones externas de las dos universidades más importantes de la provincia se marcó el mismo problema: la falta de desarrollo en básicas. Recién desde este año la Universidad Nacional de Cuyo tendrá en su oferta académica por primera vez carreras de grado en Ciencias Básicas. Se trata de una licenciatura y un profesorado que funcionará de manera transversal.

Falencias históricas

Cuando la UNCuyo funcionaba de manera regional, las áreas de ciencias básicas estaban en San Luis. Con la separación, quedaron allí y en Mendoza no se gestó ningún proyecto para tapar el bache. “Es fundamental para el desarrollo. No se puede tener una buena formación profesional sin una verdadera presencia de esas disciplinas. En Mendoza no hay formación disciplinar fuerte; es una falencia histórica”, asegura Carlos Passera, secretario de Ciencia y Técnica de la UNCuyo. El Instituto de Ciencias Básicas de esa casa de estudios tiene un presupuesto de sólo 100 mil pesos.

Por la falta de profesionales específicos, generalmente los docentes de matemática, física, química y biología son profesionales de ciencias aplicadas y no especialistas. “La formación disciplinar permite tener investigación independiente. Sin eso siempre se va a depender de lo que investiguen otros”, aseguró Estela Zalba, secretaria Académica de la UNCuyo.

En investigación, las básicas también están relegadas. La UNCuyo tiene un presupuesto general destinado a investigación de 2,2 millones de pesos (de los 80 millones). El reparto es bastante desparejo. Los proyectos en básicas -que generan distintas facultades- representan apenas el 7 % del total. El área que más recursos recibe es Filosofía y Letras, que se lleva un 20%.

En el instituto Balseiro también se refleja la falta de preparación. Todos los años ese centro, especializado en Física, ofrece 15 becas de estudios, completas. Pero el año pasado sólo 12 postulantes aprobaron y quedaron cupos vacantes.

Por su parte, la Universidad Tecnológica Nacional vive una situación similar. Allí ese tipo de formación es fundamental. Pero tienen problemas para conseguir recursos humanos. Una reforma de plan de estudios (de la gestión Cobos) quitó contenidos y, según analizan hoy, afectó la calidad de la formación profesional.

Pero incluso hay inconvenientes con la preparación de los docentes. “No hay buena formación de recursos humanos en la enseñanza en básicas. Y si no se prepara bien a los docentes ese problema se reproduce”, aseguró Norma Sirmovitsch, directora del departamento de materias básicas.

El problema no es sólo del nivel superior. En el polimodal la formación específica en ciencias básicas prácticamente desapareció. Son pocas las modalidades que incluyen matemática, física y química. En ésas áreas también está centrado el fracaso de los alumnos cuando aspiran a la universidad. “No se prepara a los alumnos con una conciencia científica”, dice Sirmovitsch

Para Estela Zalba es necesario reforzar en el nivel medio, pero no sólo en cuanto a la cantidad de horas. “Si se aumentan las horas sin mejorar la calidad, no tiene sentido. Tiene que haber un cambio cualitativo”, aseguró.

En síntesis

Básicas. Matemática, física, química y biología son áreas poco desarrolladas en Mendoza porque no había carreras de grado. Son fundamentales para las ciencias aplicadas como las ingenierías y el avance tecnológico.

Investigación. En la UNCuyo sólo el 7 por ciento de los recursos de investigación van a parar a ciencias básicas. La UTN tiene 2 proyectos (uno pedagógico y otro de física aplicada).

Nuevas carreras. La UNCuyo tiene ahora una licenciatura y un profesorado.

Colas para acceder a las inscripciones

La cantidad de inscriptos en las carreras de ciencias básicas sorprendió a las autoridades de la UNCuyo (hubo colas de hasta 100 personas). El profesorado y la licenciatura comenzarán las clases en abril. Cada una tiene un ciclo básico de 2 años y luego la especialización disciplinar. Las carreras dependen directamente del rectorado a través del ICB y son un primer paso en la departamentalización. “El ICB se pensó para que funcione como departamento. Se van a usar los laboratorios de las distintas facultades y se va a llamar a concurso para las cátedras”, dijo Carlos Passera. Estela Zalba recordó cómo se gestó el proyecto. “En la evaluación se encontró esa falla y por eso se incluyó la idea en el plan de desarrollo institucional. Se van a gestar pasantías en el Balseiro para desmitificarlo y para que haya mejor acceso”, anunció Zalba.