Al respecto, quiero señalar tres cosas, si ustedes me lo permiten.
En primer lugar, quiero expresarle mi honda satisfacción al ver la coherencia de Los Andes con su larga trayectoria, asumiendo con inteligencia y valentía la defensa de los valores culturales, valentía e inteligencia especialmente destacables en estos días de arrolladora generalización de la banalidad y la chatura.
En segundo lugar, quiero deplorar, profundamente, la absurda y cobarde medida del Comfer, que aplica todo su rigor para acallar las más bellas creaciones del arte musical difundidas por una pequeña emisora, mientras carece de toda fuerza para proteger a la población de una inundación de trivialidad y basura como nunca se vio en la radiodifusión argentina, y hoy propaladas a rolete y sin condicionamiento alguno por medios autorizados y no autorizados.
Finalmente, quiero hacer llegar mi modesto pero vivo aliento a los cultos mendocinos que defienden la cultura de esta benemérita provincia.
Saben que la cultura es el último bastión del espíritu, y que el espíritu es el único verdadero tesoro de la humanidad.
* Roal Viganó