Los Andes: Domingo 24: Un mix con impronta joven

Los últimos tiempos del Ballet de la UNCuyo han estado signados por la diversidad. A las propuestas del repertorio tradicional clásico, su director, Héctor Cavallini, ha ido sumando intervenciones en lo neoclásico, lo contemporáneo, el rock, el folklore y el tango. Así, de mixtura, se viene la función de hoy, que arranca con fragmentos de Cascanueces, para derivar luego hacia coreografías con música de la Bersuit, Mores y Queen.

25 de octubre de 2004, 10:56.

El famoso Cascanueces, en torno de la pequeña Clara y su sueño que se hace realidad, fue estrenado el 17 de diciembre de 1892, en el legendario teatro Mariinskii de San Petersburgo, y es una de las obras más representativas de la danza clásica. Para esta ocasión se ha optado por una suite integrada por el Vals de las Flores, pas de deux del Hada del Azúcar y el Príncipe, danza pastoral, danza china, danza española, coda y apoteosis. La reposición coreográfica es de Marcela Nadal, una de las integrantes del ballet.

Justamente, la característica principal de esta propuesta es que todas las coreografías son el resultado del trabajo de bailarines que integran el cuerpo estable. Así, en el segundo tramo de la función, y en clave tanguera, se podrá ver Perro amor, con música de Bersuit Vergarabat y coreografía de Mario Morales y Mauricio De La Cruz; y Tanguera, con música de Mariano Mores y coreografía de Mario Morales.

A Nadal, De la Cruz y Morales se suma Mariela Espinosa, quien coreografió Rhapsody, con música de Queen, la apuesta con que se cierra el espectáculo.

“El director propuso que quien quisiera poner una obra lo hiciera -explica Mónica Subirats, maestra asistente del ballet-. Y si bien estos bailarines ya tienen experiencia en haber colocado coreografías, ésta es la primera vez que lo hacen para el Ballet de la UNCuyo”.

Cavallini, por su parte, vuelve sobre esta “apertura” del ballet hacia otras vertientes no clásicas. Y también subraya el carácter abierto del grupo, en el sentido de estar dispuesto a trabajar con todo coreógrafo que acerque ideas. De hecho, ya lo ha concretado con gente de disímil extracción y estética como Oscar Álvarez, Silvana Rodríguez, Susan Zalazar o las mellizas Fusari.

“Hay toda una tendencia, a nivel internacional, a trabajar de esta manera. Y por supuesto, este estilo también tiene que ver con un reflejo de la realidad posmoderna, que es aún mucho más exagerada que mezclar la Biblia con el calefón”, agrega gráficamente Subirats.

El maestro Cavallini se muestra conforme con el presente artístico del grupo, aunque no deja de remarcar las terribles limitaciones presupuestarias que lo condicionan. Pese a ello, su último trabajo, Camila O., tuvo muy buena repercusión. “Fue su estilo dramático-argumental lo que contribuyó a su aceptación. Es el tipo de obras que más gustan al público. Las propuestas abstractas cuestan un poco más ser aceptadas”, dice Héctor mientras desde la platea chequea un ensayo y elogia las destrezas que, en ese momento, pone en juego Mauricio de la Cruz.

Por otra parte, el ballet viene realizando una serie de funciones didácticas para los más chiquitos, en tren de ir inquietando y formando a nuevos espectadores en el terreno de la danza. Con puesta en escena de Jovita Kemelmajer, está ofreciendo Pedro y el Lobo (música de Prokoffiev).La próxima función será el 10 de noviembre, en el Teatro Mendoza, en horario a confirmar.

Pero por lo pronto la cita es esta noche, a las 20.30, en el teatro Universidad (Lavalle 77) y con la intención solidaria de beneficiar al hospital geriátrico Gailhac.

FICHA

Ballet de la UNCuyo

Dirección general: Héctor Cavallini.

Dirección de talleres: Genoveva Sagués.

Maestra asistente: Mónica Subirats.

RRPP: Rafaela Parejas.

Coordinador: Guillermo Calvet.

Prensa y comunicación: Juan Pistone.

Modistas: Norma Montivero y Ercilia Brizuela.

Sonido: Roberto Lorente.

Iluminación: Gonzalo Lorente.

Elenco invitado: Ballet Juvenil de la Municipalidad de Mendoza, dirigido por Germán Torres.