Yanzón nació en Corralitos (Guaymallén), aunque pronto su familia se trasladó a Puente de Hierro y después a Rivadavia. Vive en Las Heras desde los seis años. Según pudo reconstruir Los Andes a partir del testimonio de familiares, vecinos y allegados, tuvo una infancia y una adolescencia signada por la pobreza. Sus padres, Dorotea y Manuel, lo criaron en la fe católica, pero sin mayores rigores. Solía definirse como un “cristiano flojo”, aunque siempre destinó un rincón de la casa para levantar un pequeño altar a la Virgen. (...)
Docentes universitarios investigan los mensajes que rechazó la Iglesia
La polémica no ha cesado desde que el Arzobispado dio a conocer su dictamen ‘definitivo’ semanas atrás. Para los cuatro teólogos que encararon el estudio en los últimos dos años, la conclusión es clara y sin matices: “en los mensajes no hay fe católica”. Mientras tanto, los allegados a Yanzón cuestionan que no se lo haya sometido a un examen psicológico ni que la Iglesia pidiera los escritos originales -es decir de puño y letra- para realizar el estudio.
En pocas apariciones, se ha constatado tanto material en anuncios. Los mensajes son más de 300 y Yanzón fue privado de seguir difundiéndolos desde el número 70. Quienes lo conocen, dicen que él está seguro que con el tiempo “la gente será la encargada de darlos a conocer”. Incluso se han discriminado con una P los destinados al pueblo y con una S los dirigidos a los sacerdotes.
Respecto de las controversias, la gente de Yanzón sostiene que es una confusión el pensar que los mensajes van en contra de la Santísima Trinidad. Otra de las discusiones surge en que algunos que no remitirían ni al Antiguo ni al Nuevo Testamento, sino a otros escritos que la Virgen le mostraría sólo a Yanzón.
Más allá de los directos implicados, hay especialistas que se enfilan detrás de la decisión eclesial y otros que desconfían de esta. En el último grupo, se inscribe un grupo de profesores de tres universidades de Mendoza, quienes están realizando un informe periférico sobre el fenómeno que -dicen- brindará una lectura más imparcial. Prefieren no darse a conocer hasta que tengan las conclusiones de su análisis.
Según los académicos, la tarea está demorada por el filtro que han creado los colaboradores de Yanzón al no permitir el acceso a su vida personal y los escritos originales. “No aseguramos que sea María, pero sí ‘alguien’ que está enviando un mensaje de renovación desde Mendoza a toda la humanidad”, dijo uno de ellos.
Estudio eclesial
El estudio de la Iglesia lanza apreciaciones sobre varios puntos. Respecto de la forma de los mensajes sostiene que: predominan los imperativos y el lenguaje intimidador, hay suturas de fragmentos bíblicos (algunos mal delimitados o sacados de su contexto inmediato), hay pluralidad de fuentes y torpeza en la composición, se registra un estilo ocultista (recurre al enigma y la cábala) y usa vocabulario enigmático.
Sobre el contenido de los mensajes argumenta que “la Virgen pide fe, pero no se trata de una fe bíblica ni católica”, porque el Misterio trinitario y la Cristología -ejes centrales de la religión- quedan torpemente desfigurados.
Si bien el análisis se expide sobre cada mensaje, sólo se dará un ejemplo. En los mensajes 27 44 y 50 la Virgen dice Soy Espíritu Santo. “Si bien Jesús promete el envío del Espíritu, jamás confunde su personalidad y su misión con la de María”, argumenta el estudio.
En el mensaje 97 la Virgen da 13 dogmas, que no son sino disciplinas. Entre ellos, que se incluya a la Virgen en la señal de la cruz: "En el nombre del Padre (en la cabeza); María (debajo del corazón); Hijo (sobre el hombro derecho); y Espíritu Santo (sobre el hombro izquierdo). Las palabras de Dios son Santas. Amén". Para el estudio esto es una torpe incrustación de María en la mención de las personas divinas. Otro dogma es la construcción del templo.
Sobre los textos latinos, descubre que estos “pueden ser extraídos de un mismo libro, ampliamente difundido en nuestro medio”. /G.M.
* Por Leonardo Rearte y Gisela Manoni