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Los Andes-Domingo 27: Cómo armonizar producción con el medio ambiente

¿Es posible desarrollar actividades productivas mitigando sus impactos ambientales?

28 de noviembre de 2005, 12:47.

¿Cómo lograr un crecimiento económico teniendo en cuenta el ciclo recursos-producción-consumos-residuos?
¿Es posible plantear una minería responsable?
¿Qué investigaciones se están desarrollando en contaminación electromagnética, esto es ondas cortas generadas por los celulares y radios? ¿Qué investigaciones los científicos están generando en contaminación por fuentes móviles, esto es por el transporte público vehicular?
¿Qué aplicaciones prácticas tienen las investigaciones surgidas en las universidades?
Las preguntas formuladas cosecharon sus respuestas entre el grupo de investigadores universitarios convocados por Los Andes Economía.
En unas horas, Pablo Alonso, de la Universidad de Congreso, Gabriel Duperut y Alberto Rubio del Instituto Superior Tecnológico de Minería Higiene y Seguridad Laboral, Eduardo Torres, del Cricyt, Irma Mercante, de la Universidad Nacional de Cuyo y José Lucio Quero, de la Universidad de Mendoza ofrecieron no sólo sus análisis sino también sus propuestas para fomentar un desarrollo sustentable.
 
Riqueza escondida
Si hay un sector económico que levanta posiciones encontradas es el minero.
Por algunos es visto como la fuente que traerá orden y progreso, para otros sus prácticas sólo ocasionan desolación y muerte.
“Estos conflictos no son nuevos. Desde la Patagonia hasta los países andinos, las comunidades creen que van a ser seriamente afectadas por un proyecto minero”, se apresuró en aclarar Alberto Rubio, de Insutec.
Pero entonces ¿es posible practicar una minería responsable?
“Así es. Pero debe involucrar no sólo a las empresas mineras sino a las autoridades de control, centros de investigación, gobierno y los institutos de formación. En la mesa de discusión no deberían estar enfrentados empresa minera y gobierno. Creo que hay que formar grupos que a su vez diversifiquen y divulguen la información seria, porque una información tergiversada produce mucho daño. En Nueva Zelanda el modelo de desarrollo económico implica proyectos mineros rodeados de ciudades”, añadió Gabriel Duperut, de Insutec.
Una coincidencia en la mesa redonda de investigadores fue la necesidad de mitigar los impactos ambientales que generan todas las actividades económicas.
“Siempre es posible desarrollar emprendimientos económicos, la cuestión es diseñar medidas de mitigación concreta para los impactos ambientales que se detectan.
Las claves están en proponer obras de ingeniería que puedan resolver estos problemas. A su vez se debe llevar un riguroso control desde las autoridades de aplicación. Yo creo que muchas veces la población percibe esa falta de control, y esto es lo que está ocasionando los mayores conflictos, no por el desarrollo minero en sí, sino por el temor a que luego las medidas concretas no sean suficientes para mitigar los impactos”, señaló Irma Mercante, de la Universidad Nacional de Cuyo.
Desde la visión de los expertos es posible practicar actividades mineras con responsabilidad.
“La minería es un recurso agotable por lo tanto hay que generar centros de innovación tecnológica para que después que las minas se agoten, el país se transforme en un exportador de ciencia y tecnología minera. Finlandia tiene una de las empresas de maquinarias mineras más grande del mundo y su minería se agotó hace algunos años.
Chile tiene la intención de aumentar el royalty que pagan las empresas mineras para dedicarlo a la innovación tecnológica. Las escuelas mineras de Atacama en Chile, por ejemplo, están desarrollando tecnología minera para aplicar en otros países. Este es el verdadero concepto de minería sustentable”, agregó Rubio.
 
Información rigurosa
En la mesa de investigadores el consenso también fue alcanzado con respecto al fomento de actividades ecónomicas, pero con fuertes controles y políticas por parte del Estado.
Desde la visión de Pablo Alonso, de la Universidad de Congreso, “una gestión ambiental debe estar basada en una política ambiental y quien la debe gerenciar al máximo es el Estado pero con todos los actores involucrados con la temática académica. Los investigadores tenemos que estar insertos en una política ambiental sustentada en el rigor científico, en el análisis de todo lo que son los procesos, sus impactos y la participación ciudadana. Las empresas todavía tienen un hermetismo muy grande con respecto a su gestión, especialmente las empresas que son extranjeras”.
Además anadió un dato inquietante: las fuertes dosis de concentración de determinados minerales en la naturaleza, muchas veces son provocados por la misma naturaleza.
“Este fue el caso del arroyo Esquel Viejo que fue el problema que se dio en Esquel con la empresa canadiense Meridian Gold, en la Patagonia. Los investigadores descubrieron que este arroyo tiene valores altos en sulfatos pero totalmente naturales. Sin embargo, la gente por una condición de falta de información asimiló esa situación a una condición de explotación de la mina. Entonces es importante que los estudios ambientales previos sean totalmente serios, comprometidos y luego informados a la comunidad en conjunto con los entes académicos científicos y tecnológicos de los distintos lugares. Muchas de las mineras trabajan con consultoras del exterior donde éstas realizan estudios ambientales para luego ser presentadas ante las autoridades de aplicación. Sin embargo muchas de estas consultoras no efectúan sus análisis de estudios ambientales previos en conjunto con la comunidad para ver de qué manera se va a trabajar, cómo van a ser los procesos, y cómo se van a mitigar los distintos impactos”, explicó Alonso.
 
Investigación a la acción
La necesidad de contar con investigaciones aplicadas, con investigaciones que puedan ofrecer soluciones concretas a problemas reales, también concentró la atención de los especialistas.
“Las empresas nos han convocado, es más las Siconra que es la cámara que nuclea a todas las empresas de telefonía celular y de informática, realizó un seminario en la provincia sobre las investigaciones que llevamos a cabo sobre los efectos que podrían ocasionar las ondas electromagnéticas provenientes de los celulares”, señaló José Kero, de la universidad Mendoza.
Desde la Universidad de Congreso, los estudios ambientales están aplicados a las municipalidades. “Estamos trabajando con las comunas de General Alvear, de Las Heras y con la de Malargüe en temas que hacen a la gestión al ordenamiento territorial. Básicamente estamos trabajando con equipos interdisciplinarios para ayudarles en en la gestión normativa. También estamos trabajando en temas específicos como la gestión de residuos”, explicó Alonso.
A su vez el trabajo científico en Mendoza comprende acciones de verificación de procesos de mediciones
“Hemos colaborado como asesores de la Comisión Nacional de Comunicaciones -CNC- en contaminación electromagnética generada por los teléfonos en General Alverar. Realizamos mediciones y luego las comunicamos para que la comunidad pudiera entender qué se midió en las ondas, como se midió, qué equipos se utilizaron”, explicó Alonso.
 
De celulares y radios
¿Son las ondas electromagnéticas que desprende las radios y celulares contaminantes o no?, ¿son nocivas para la salud?, ¿cómo realizar una mejor distribución de las antenas de radios, celulares y televisivas?
Las respuestas científicas y prácticas están en plena fase de elaboración.
“Los teléfonos celulares en el 100% de los casos irradian 1/4 de vatio, los peligros de los aparatos es que esta radiación la recibimos cada vez que hablamos ya que están a una distancia de 2 centímetros del cerebro. Lo mismo sucede cuando llevamos el celular en el bolsillo superior de la camisa, esto es a 4 centímetros del corazón. En experimentos que estamos llevando con ratas hemos descubierto que estas irradiaciones alteran el ritmo cardíaco. Pero aquí se impone el interés de estar comunicados o las repercusiones que pueden ocasionar en la salud. También encontramos en nuestras investigaciones que una gran fuente electromagnética contaminante es la que proviene de las señales de onda radiales como las FM. En esos casos debería implementarse un nuevo ordenamiento de las antenas,” señaló Quero.
 
Smog, humo y algo más
Otro dato para la reflexión aportada por los investigadores: el 60% de la contaminación de Mendoza proviene por fuentes móviles, esto es por el tránsito vehicular.
“La facultad de Ingeniería tiene a su cargo con la Dirección de Saneamiento y control Ambiental una unidad móvil de monitoreo de calidad del aire. Todos los días los análisis se centran en medir las concentraciones de gases en el aire en diferentes puntos de la ciudad. Se espera con estas mediciones lograr un índice de calidad ambiental y ver a futuro cómo se puede llegar a modificar el tránsito vehicular”, explicó Mercante. “Nosotros hicimos por 10 años los estudios de monitoreo ambiental. Hay esquinas que registran índice inauditos de contaminación como Minuzzi y San Martín donde todo el transporte público ingresa desde el sur”, explicó Quero.
 
Ordenamiento territorial
“Veo que todos los proyectos van a terminar en conflicto si la provincia no se plantea seriamente un ordenamiento territorial que incluya desde una distribución de las vías de tránsito vehicular, antenas de radio y celulares hasta el establecimiento de la actividad minera. Afortunadamente Mendoza está cambiando de un modelo de ciudad tranquila al una ciudad industrializada que apunta a seguir creciendo. Sino elaboramos un modelo de ordenamiento territorial y una ley de uso de suelo los conflictos entre empresas, gobierno y comunidad se van a seguir creando. Los investigadores jugamos un rol esencial en este contexto no sólo ofreciendo información científica de base que es vital para el desarrollo económico sino también aportando soluciones concretas a problemas reales”, concluyó Eduardo Torres, del Cricyt.
Por Jaquelina Jimena - Ilustración: Gabriel Fernández

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