En un acto multitudinario, docentes y gran parte de la comunidad estudiantil solicitaron la creación de una Universidad en Cuyo. Los términos de su petición enfatizaban la imperiosa necesidad de contar con esa casa de altos estudios. Destacaban que como educadores habían tomado contacto con los anhelos de la juventud mendocina y con las aspiraciones de los padres. Por otra parte, señalaban los méritos de la riqueza económica y cultural de la región cuyana, que justificaba tal creación. Aclaraban que no pretendían una Universidad completa, como las que existían en otros lugares del país. Sería suficiente una institución que aprovechara los establecimientos educativos existentes. Sugerían que la Escuela de Viticultura y Enología podría ser transformada en una Facultad de Enoquímica y Agronomía. Asimismo la Escuela de Minas de San Juan podría convertirse en Facultad de Ingeniería Química, Industrial, Hidráulica, Electrotécnica y Petróleo; la Escuela de Comercio en Facultad de Ciencias Económicas y de la Escuela Normal podría surgir una Facultad de Ciencias de la Educación, Filosofía y Letras. Así sería posible concretar la formación de docentes y otros profesionales tan necesarios para el progreso de la comunidad. Las iniciativas a favor de tan anhelada Universidad recién cristalizarían en marzo de 1939.
El rector de la UNCuyo formuló una invitación al prestigioso escritor y periodista Eduardo Mallea invitándolo a ocupar la cátedra de Historia y acción del periodismo nacional. Mallea fue autor de "Historia de una pasión argentina", "La ciudad junto al río inmóvil", “La bahía de silencio", "Todo verdor perecerá" y "El sayal y la púrpura". Nació en Bahía Blanca en 1903 y falleció en Buenos Aires el 12 de noviembre de 1982.