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Los Andes: El 40% de los municipales, médicos y maestros fuma en sus trabajos

Las respuestas al por qué de esta adicción son muchas: la ansiedad que genera el trabajo, para los más grandes, la necesidad de “pertenecer”, para los más chicos y para otros, simplemente, por placer. El cigarrillo encuentra múltiples excusas para sumar adeptos, pero la escena se complica cuando también está presente en los sitios públicos.

02 de septiembre de 2005, 15:28.

En las oficinas municipales, hospitales y escuelas el humo del cigarrillo prospera, y mucho. Alrededor del 40% de los empleados de las comunas, maestros, profesores, médicos, enfermeros y estudiantes de medicina fuma en su lugar de trabajo. Así lo demostró un estudio realizado por un equipo médico dirigido por Ramón Alchapar, director del hospital José Néstor Lencinas.
En la muestra encuestaron a 408 personas de un municipio del Gran Mendoza, a 350 docentes de seis escuelas -pertenecientes a los niveles EGB 1, 2, 3 y Polimodal- y a 279 trabajadores de la salud de dos hospitales locales.
Los resultados fueron contundentes: el 46% de los empleados municipales afirmó que fuma tanto en casa como en su lugar de trabajo, al igual que el 42% de los médicos, enfermeros y administrativos de los hospitales y el 31% de los maestros y profesores.
“Queríamos conocer el impacto del tabaquismo en los ejemplos sociales de los niños, por eso encuestamos a docentes y personal de la salud, también a empleados públicos, porque pretendíamos ver cómo actuaban las madres. Pudimos ver que la gente que fumaba también lo hacía en los lugares de trabajo”, explicó Ramón Alchapar, que encabezó este estudio.
 
Perfil de los fumadores
Se trabajó con un cuestionario de 26 preguntas, ya estandarizado. El personal de la salud respondió entre los meses de junio de 2003 y octubre de 2004, mientras que los docentes y municipales completaron la encuesta entre mayo y junio de este año.
“En todos los casos encontramos elevados niveles de monóxido de carbono, por encima de 4 ppm (parte por millón). Además, si bien reconocían que no se puede fumar en el lugar de trabajo, lo hacían igual”, detalló Alchapar, que prefirió reservar el nombre de las escuelas, el municipio y los hospitales relevados.
En el caso de los docentes, se pudo saber que fuman un promedio de 11,2 cigarrillos diarios, mientras que los médicos consumen 14 unidades por jornada.
“Uno sabe que está mal y todo lo que significa para la salud, pero la ansiedad te juega una mala pasada cuando estás tantas horas bajo presión, salir del consultorio y fumar un cigarrillo es un descanso”, relató un médico de 33 años, que no quiso dar su nombre.
La situación de los médicos es significativa, ya que el 35% de ellos aseguró que fuma y el 31% de los estudiantes de esta carrera también lo hace. “Lo mismo pasa en el resto del país”, completó Alchapar.
La situación se agudiza y el cigarrillo avanza, no sólo deteriorando la salud, también dejando pérdidas millonarias para el Estado.
Según datos nacionales, en 1996 hubo un 17,3% de muertes atribuible a enfermedades producidas por el cigarrillo, lo que representó un pico en la Argentina, luego se estabilizó en 15,7%. Las enfermedades directamente asociadas al tabaquismo son: infarto agudo de miocardio, accidente vascular cerebral y el cáncer de pulmón.
 
El cigarrillo, con 4 mil sustancias químicas y tóxicos
La composición de un cigarrillo contiene 4 mil sustancias químicas y tóxicos que dañan la salud, tanto del fumador activo como del pasivo. Aquí algunos “componentes”.
Ácido cianhídrico. Se usa en la cámara de gas.
Amoníaco. Se usa para limpiar vidrios.
Tolueno. Solvente industrial.
Arsénico. Veneno.
Naftaleno. El compuesto de la naftalina.
Butano. Es el combustible que se usa para los encendedores.
DDT. Compuesto para los insecticidas.
Acetona. Se la utiliza para remover pintura.
 
Legislación nacional
Con la nueva ley antitabaco no se podrá fumar en los espacios de trabajo; esta legislación también llegará a otros espacios de uso público, sean privados o estatales, como bares, restaurantes y shoppings. También impone fuertes multas a los dueños de los locales.
Esto dice el proyecto de ley que el presidente Néstor Kirchner firmó en la primera semana del mes de agosto. La idea del Gobierno nacional es que no haya humo de cigarrillo en ningún lugar público.
El proyecto prevé fuertes multas para los infractores, pero no se le aplicarán a los fumadores que sean pescados con un cigarrillo encendido sino a los propietarios o responsables del lugar en el que se estaba cometiendo la infracción. Las multas se fijarán en un equivalente en paquetes de la marca más cara comercializada en el país (hoy ese valor es de 4 pesos) e irán desde los 250 a los 1.000 atados. En caso de reincidencia, la sanción será de 2.500 atados.
El texto del proyecto fue elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación.
Paola Bruno pbruno@losandes.com.ar

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