Hechos que restan, que tiran para atrás y que demuestran que el handball casero no goza de buena salud.
El encuentro entre UNCuyo y Russell estaba programado para las 20. El inicio del choque se retrasó 20’ por lo que uno de los árbitros, Rolando Araya, no lo pudo dirigir aludiendo que perdía el último colectivo hacia Tunuyán, ciudad donde reside.
Juan Encina, único juez disponible, cerró la planilla y se negó a dirigir el partido luego de que Pablo Castro le dijera que lo iba a jugar “bajo protesto”, ya que el DT de UNCuyo ha presentado una nota en la Asociación Mendocina, para que Encina no dirija más a Universidad.
Tras este conflicto, Más Deportes consultó a José Anaya, presidente de la Asociación vernácula (Amebal), y él contestó. “El árbitro tenía que dirigir lo mismo, por más que se juegue bajo protesto y Castro no tiene competencia alguna para decidir quién lo va dirigir. Acá faltó reflexión por parte del árbitro y el técnico, y el perjudicado como siempre es el balonmano”.
Acerca de la postura de Araya, el presidente aseguró que el juez “no tuvo buena voluntad” ya que podría haberse quedado y la Amebal se hubiera hecho cargo de los costos de estadía.
Sobre la decisión de Encina, Anaya aseveró que se equivocó y que “debía dirigir el partido pese al condicionamiento impuesto por el adiestrador”.
“El partido se va a reprogramar y debería haber una sanción para los árbitros”, concluyó el Bambino.