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Los Andes: El Museo Fader ya tiene nuevo director

Andrés Sansoni es el nuevo director del Fader. A un mes y medio de la separación de Mario Dell’Innocenti de su cargo, el Ministerio de Turismo y Cultura decidió poner al restaurador al frente del museo. La propuesta de Sansoni fue elegida por sobre otras once que concursaron para capitanear el destino de la Casa Emiliano Guiñazú en Mayor Drummond (Luján).

14 de julio de 2004, 12:40.

Su designación se mantuvo dentro un hermetismo total. Es más, la ministro Mariana Juri, cuando fue consultada sobre el nombre del elegido, prefirió dejar para hoy a las 11 el anuncio. “Lo vamos a decir en una conferencia de prensa para todos”, soltó la funcionaria alimentando el suspenso y las especulaciones sobre los posibles nombres.

Ocurre que la destitución de Dell’Innocenti estuvo teñida de desprolijidades en la comunicación. Ni siquiera él sabía que lo habían apartado del puesto.

Inclusive después de esa decisión, el subsecretario de Cultura, Marcelo Lacerna, anunció un concurso de rápida resolución para que el 1 de junio el Fader estrenase director. Ese trámite se dilató 44 días.

Otros candidatos

Entre los nombres fuertes que se barajaban para ocupar el cargo estaban los de Lisandro Guiñazú (bisnieto de Fernando Fader) y el de Rosa Goycochea de Onofri. Sin embargo el jurado se inclinó por los “conocimientos y experiencias en artes visuales y en gestión y administración de espacios culturales” del currículum de Sansoni.

El elegido tiene 37 años y cursó sus estudios de grado en la Universidad de El Salvador. Luego se especializó en museología y restauración en la Universidad Tecnológica Equinoccial del Ecuador. En ese mismo país hizo un diplomado en Filosofía.

“El Fader es un conjunto de patrimonio cultural integrado por el edificio y por su parque. Creo que es un excelente lugar para desarrollar lo que he aprendido durante estos años”, comentó Sansoni a Los Andes ayer. Entre sus prioridades están las de trabajar junto a la Universidad Nacional de Cuyo y a la Dirección General de Escuelas en la promoción del lugar. Porque entiende que el Fader debe cumplir con una función social.

“Es necesario conocer en profundidad el estado actual del museo. Por eso una de las iniciativas es la de hacer un trabajo de estudio hacia adentro. Por ejemplo tener un catálogo completo de las obras”, apuntó. Para poder lograr sus objetivos agregó que trabajará con el mismo personal que ya se desempeña en el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú.

Tal vez este sea, a decir de otros concursantes y de ex directores, el mayor desafío que tenga que afrontar el nuevo titular. Sin titubeos, uno de ellos comentó que durante la gestión anterior “el hundimiento del Titanic se produjo adentro del mismo museo”, en alusión a ciertos empleados de planta que entorpecerían las tareas.

El 20 de mayo uno de los empleados encargado de la jardinería había deslizado que “desde la conducción de Gastón Alfaro no ha durado un solo director por culpa del personal”.

En este estado de situación, Andrés Sansoni asume hoy al mando de un edificio que se llueve en seis de sus salas, con obras que se pudren por la humedad y con un presupuesto de 26.800 pesos para afrontar los arreglos que hagan falta.

Empleados vs. Directores

En los pasillos del Fader es frecuente escuchar que Socorro Cubillos se alejó del museo por la ineficacia del personal. Similar destino parece haber corrido Gastón Alfaro, quien se desempeñó también al frente del Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú.

El último en irse fue Mario Dell’Inocentti, quien en los últimos días de su gestión pidió una licencia hasta el 1 de junio. Gianni Ugo fue otro de los directores de los últimos años, ejerció el cargo en 1999.

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