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Los Andes: En el país sobran médicos y están mal distribuidos

Bariloche. En la Argentina hay demasiados médicos y están mal distribuidos en el territorio nacional. A esa tajante conclusión arribaron ayer los profesionales que participan en el VIII Congreso Argentino de Salud que se desarrolla en Bariloche, en el que participa casi medio millar de especialistas, funcionarios y referentes de hospitales, obras sociales y entidades de medicina prepaga.

09 de septiembre de 2005, 15:13.

Los estudios presentados en el congreso indican que la Argentina, de acuerdo con los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud, tenía 108.000 médicos matriculados en 1998. Pero las estimaciones oficiales y privadas actuales señalan que actualmente ya ejercerían unos 130.000 profesionales.
 
Uno cada 330
Esto significa que el país tendría un médico cada 330 habitantes, cifra que duplica la media recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
En la región el número de médicos es claramente superior al de los países vecinos como Brasil, que tiene un profesional cada 785 habitantes, y Chile, que tiene uno cada 900.
También se diferencia del Reino Unido (610), Japón (518) y Canadá (437). Pero se acerca a los Estados Unidos (358) y Francia (330), y supera ampliamente a Italia (181) que tiene una alta proporción de médicos.
Respecto de la distribución en el país, se aseguró que en la ciudad de Buenos Aires hay ocho veces más médicos que lo recomendado por la OMS -uno cada 86 habitantes-, mientras que en Tierra del Fuego hay un 30 por ciento menos de lo aconsejable -uno cada 927-. Formosa (894) y Misiones (806) son las otras dos provincias con alto déficit de médicos.
Con estos datos en la mano los especialistas aconsejaron que la formación de nuevos profesionales se ajuste a las necesidades de la Argentina, con el objetivo de garantizar el ejercicio de la profesión con criterios de calidad y racionalidad.
Pero, ¿por qué es importante que se ajuste la relación entre médicos y el resto de los habitantes?
Para Fortunato Benaim, miembro de la Academia Nacional de Medicina, los inconvenientes arrancan desde el inicio.
Durante su exposición dijo que en el país funcionan unas 30 facultades de medicina de las que egresan unos 3.000 médicos al año. Pero sólo se dispone de lugar para hacer 1.500 residencias, advirtió Benaim, por lo que recomendó impulsar una distribución racional de acuerdo a las demandas de cada región.
 
Ajustar el número
Por eso, a su criterio, la solución pasaría por ajustar el número de egresados para responder a la demanda anual, y no “fabricar” médicos que después sobreviven como choferes de taxis.
Horacio Dillon, integrante del Colegio Argentino de Neurocirujanos, puso la lupa sobre algunas facultades privadas por el tipo de educación que ofrecen.
Uno de los males es la plétora de médicos -dijo Dillon-, y el exceso de facultativos tiene que ver también con la gran cantidad de universidades privadas que, en algunos casos, no acreditan debidamente la calidad de formación que deben tener para que cuenten con una visión humanista y no sean sólo técnicos.
Respecto de la calidad educativa el decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata, Miguel Salvioli, explicó en qué consiste el programa de admisibilidad de estudiantes que impulsó.
Con ese plan se mantuvo constante la cantidad de egresados pero se redujo a más de un tercio el número de ingresantes, dijo Salvioli.
El decano de la Facultad La Plata contó que en 1992, sin ese sistema, ingresaban unos 17 mil estudiantes de medicina y se recibían 500. Hoy se recibe la misma cantidad pero ingresan 600, dijo Salvioli. CC

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