En Mendoza, el CUC y Martín Zapata han tenido un acatamiento de sólo el 30% en esta última oportunidad.
En la última reunión, la patronal les ha dicho no. No funcionó la metodología, simplemente no funcionó.
A la fecha lo único que está funcionando en todo su alcance es el perjuicio que recae en los alumnos de las escuelas de la Universidad de Cuyo, especialmente a los más pequeños, los más vulnerables, los del EGB 3, aquí el acatamiento ha sido prácticamente del 100%.
El “éxito” va a ser total. ¿Cómo se sentirán esos cientos de docentes frente a esta situación? ¿Felices? ¿Satisfechos? ¿Orgullosos de sí mismos?
Dicen los medios que en la última asamblea no eran más de 50 docentes deliberando y “decidiendo”. ¿Dónde está el resto? ¿No van porque ya están reflexionando sobre qué tipo de “éxito” buscan? ¿No les gusta el único éxito que están obteniendo? ¿Se sienten orgullosos de acatar calladamente un paro con el que no están de acuerdo? ¿Tienen miedo?
O simplemente entre cobrar trabajando y cobrar sin trabajar, optan por la segunda opción. Las dos están disponibles, así que para qué complicarse la vida, ¿verdad? Si en realidad no arriesgan nada.
Cuando los padres alzamos nuestra voz lo dijimos claramente: no estamos en contra de las reivindicaciones sino de la metodología. Lo dijimos en los medios, en nuestros petitorios, en nuestra presentación del recurso de amparo, y lo dijimos también personalmente a la rectora de la Universidad, a quien sí le hicimos nuestro reclamo en una reunión que duró más de dos horas, con todo el Consejo Provincial de Educación presente.
Dice la rectora públicamente: “Se está en riesgo de perder el ciclo lectivo”. “Los padres no me han hecho ningún reclamo” . “No tengo herramientas para actuar” “Apoyamos el reclamo pero no el método”. “Por favor, vuelvan a clases”. Y eso es todo. ¿Como se sentirá el Consejo de la Universidad frente a este inminente “éxito”? ¿Contento de compartirlo? ¿Disfrutará de la sensación del deber cumplido?
El gobierno provincial nada tiene que decir, “el conflicto es de jurisdicción nacional”. Los 5.400 chicos, mendocinos todos ellos, son para nuestro Gobierno una “jurisdicción nacional”. No existimos. Somos mendocinos virtuales.
Todos ellos se llenan la boca con la “educación pública”. Son los adalides de la defensa de la educación pública. Lo repiten una y otra vez, mientras nuestros hijos escuchan en casa sin entender nada.
Los padres también somos cada vez menos. La decepción, el miedo, la desesperanza, el desgaste del tiempo, atentan contra nuestra energía y nuestra convicción. Es como les digo amigos, el “éxito” va a ser total. Bien por ellos, bien por los valientes defensores de nuestra educación pública universitaria. Este éxito, definitivamente, los dignifica.
Sonia Mathez DNI 12.252.974