El uso de nuestro espacio (recursos y bienes) es un factor determinante para lograr el bienestar humano continuo. En ese sentido debemos preguntarnos por qué queremos o más bien por qué debemos desarrollar el ordenamiento territorial.
En primer lugar, diríamos que el ordenamiento territorial nos permite aprovechar adecuadamente el espacio; en segundo lugar nos permite conocer qué tenemos y cómo podemos aprovechar sus potencialidades; y en tercer lugar, debemos entender que el ordenamiento territorial nos debe conducir a mejorar las condiciones de vida de las personas y comunidades distribuidas en el espacio a lo largo y ancho del territorio.
Por lo tanto, el ordenamiento territorial debe orientar la ocupación y el desarrollo que permita proteger los recursos base del crecimiento sostenible y finalmente debe buscar proteger la vida y los bienes materiales de los habitantes a diferentes niveles y escalas.
Otro punto de preocupación se relaciona con la sustentación legal para un efectivo ordenamiento territorial. Nada se puede implementar si no se entiende por qué y para qué.
Las leyes son necesarias, pero más necesario es que los individuos que las aplican o las hacen operativas a través de acciones, lo hagan porque están compenetrados de los beneficios que se pueden obtener, además de sus deberes como miembros de una comunidad.
Debemos entender que la ocupación del espacio necesita de un norte o rumbo que nos conduzca a un sitial de bienestar humano con seguridad para todos. Por lo tanto es vital que las leyes de ordenamiento territorial sean concertadas entre todos los sectores y que todos tengamos como fin primordial el desarrollo y bienestar de nuestra provincia en primer plano y nuestros intereses personales en un segundo plano.
La riqueza de los individuos no debe estar basada en el acaparamiento de los recursos y bienes provinciales, sino en la utilización racional, eficiente y sostenible de los escasos recursos disponibles.
Juntos podemos mejorar el nivel de vida para todos si se pone como meta el desarrollo sostenible equitativo; sólo así se podrá contribuir a proteger efectivamente nuestros recursos naturales, culturales y nuestro ambiente en el presente y en el futuro.
No queremos mejorar nuestro nivel de vida para disfrutarlo por 30 años, queremos bienestar para las futuras generaciones. ¿Será posible alcanzarlo en Mendoza o tendremos que seguir observando la destrucción de nuestro territorio?
* María Virginia Sosa Guillermet, DNI 12.799.088
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27 de noviembre de 2024