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Los Andes: Escribe el lector: Otra visión sobre la profesora Fóscolo

El 14 del corriente apareció en Los Andes una nota de mi estimado colega Rodolfo Jorge Juárez Diez, en la que se oponía a la continuidad de la prestigiosa Dra. Norma Fóscolo como profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNC. Quiero plantear ahora mi respetuosa pero frontal discrepancia con los fundamentos y las conclusiones de la nota del Lic. Juárez Diez, aun cuando podamos coincidir en algunos otros aspectos.

22 de septiembre de 2004, 11:16.

1- Lo que la Dra. Fóscolo enseña en la carrera de Servicio Social no son “materias secundarias, de apoyo”. Cabría preguntarse cuáles son los criterios para categorizar las materias en dicotomías tales como “principales/secundarias”, “de fondo/de apoyo”, “importantes o importantísimas/menos importantes”, etc. No creo en la validez de tales dicotomías, pero en el caso de que se las acepte, estimo que en el estado actual del desarrollo científico se valora a la Filosofía como disciplina básica, fundamental e importantísima para la formación de los estudiantes de cualquier especialidad académica: en todas, incluyendo las ciencias “duras”, pero sobre todo en las identificadas como ciencias humanas.

La temática filosófica, cuando es abordada con seriedad y profundidad como lo hace la Dra. Fóscolo, exige tener la mente abierta, pensar críticamente y razonar con rigor: la Lógica ordena el pensamiento, la Epistemología coadyuva a la elaboración científica, la Ética busca parámetros para el comportamiento. Si hasta la Metafísica es estimulante para el ejercicio de pensar, aunque más no sea para refutarla.

2- Efectivamente, los profesores saben que a la edad establecida en las leyes y en el estatuto deben jubilarse. Pero en otras épocas se estilaba la recontratación de los docentes jubilados que, a juicio de la autoridad académica, lo merecían. Recuerdo al respecto al Dr. Diego Pro. También recuerdo haber propiciado públicamente la recontratación de la profesora Nelly de Hernández (pero no recuerdo con qué éxito). En lo que a mí respecta (año 1994), también fui recontratado; al año y medio más o menos renuncié, pues asumí tareas fuera del ámbito de la UNC. No conozco las actuales reglamentaciones, pero existen antecedentes al respecto.

Y supongo que estaremos de acuerdo al evaluar los montos jubilatorios (de todos los “beneficiarios” del sistema, pero ahora me refiero a los docentes) como decididamente indignos.

3- Todos sabemos por qué la profesora Fóscolo no fue requerida por la Facultad de Filosofía y Letras, de manera que ese interrogante no necesita comentarios. Pero sí estimo pertinente precisar la acotación que agrega mi colega Juárez Diez: “… ámbito natural de su especialidad…” La Facultad de Filosofía y Letras es efectivamente el ámbito natural para los alumnos que estudian Filosofía como especialidad profesional. Pero, por las razones dadas más arriba, todo espacio académico -todo lugar donde se ejercite el pensamiento, el conocimiento y el razonamiento- es un ámbito natural para enseñar Filosofía.

4- Tendría que haber en la Universidad una normativa que establezca los mecanismos de evaluación y eventual recontratación de los profesores jubilados, para evitar que la Universidad desperdicie aportes que pueden ser relevantes, fruto de largos años de experiencia intelectual. La recontratación de la Dra. Fóscolo, que por todo lo expuesto decididamente apoyo, puede constituir un buen antecedente.

Luis Triviño. Ex rector de la Universidad Nacional de Cuyo y de la Universidad de Congreso.

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